La mafia francesa que negoció con Roldán hizo fuertes inversiones en España con ayuda oficial

La mafia francesa que negoció con el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán la entrega de etarras a cambio de facilidades para hacer fuertes inversiones en España -hasta 2.000 millones- logró, en efecto, ejecutar varios negocios con ayudas oficiales. Representantes de la mafia, y concretamente un individuo de Bayona (Francia) llamado Jean Claude -en algún caso dijo apellidarse Brouard-, se entrevistaron entre 1987 y 1988 con Rafael Vera, entonces secretario de Estado para la Seguridad. En aquella época invirtieron al menos en La Rioja y Almería, en algún caso con créditos del Banco Exterior, que era precisamente la entidad que ellos preferían para trabajar, según dijeron a Vera.

Fuentes próximas a Vera señalan que éste conoció a Jean Claude -calvo, con barba, estatura media, de unos 45 años y piel oscura- en su despacho oficial del Ministerio del Interior, donde se presentó acompañado de mandos del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), a cuyo mando está el general Emilio Alonso Manglano. En la entrevista, Jean Claude informó a Vera de que podía aportar datos concretos sobre la infraestructura de ETA y que, a cambio, exigía tener acceso privilegiado a la compra de inmuebles de propiedad pública en España.Concretamente, Jean Claude comentó a Vera que al denominado comando itinerante de ETA -sus principales integrantes fueron detenidos cuatro años después, en 1992- se había incorporado un individuo francés. Vera entonces no le creyó. Pero cuatro años después, el principal detenido resultó ser el ciudadano francés Henri Parot, uno de los etarras más sanguinarios.

Facilidades crediticias

A cambio de sus aportaciones, Jean Claude pidió a Vera facilidades y ayudas para establecer una clínica geriátrica en Mejácar (Almería), además de créditos oficiales a través del Banco Exterior. Vera, aseguran, no creyó en la operación y se desentendió de la misma.

Lo que desconocía Vera es que, por aquellas mismas fechas, Jean Claude ya había puesto en marcha el dispositivo por otras vías, seguramente, indican las fuentes informantes, con la ayuda del Cesid, puesto que era este organismo el que tenía relación más directa con el francés.

En La Rioja, por ejemplo, la sociedad Saninver, relacionada con Jean Claude, compró la Policlínica Médico Quirúrgica Clavijo, un centro concertado con la Seguridad Social y con dificultades económicas. Para adquirir el edificio de la clínica, de seis plantas, situado en Logroño, Saninver contó el 31 de julio de 1987 con un crédito hipotecario de 127 millones del Banco Exterior, según consta en el Registro Mercantil de Logroño.

Como garantía del crédito, Saninver aportó el aval de hipotecaria de la sociedad Mercantil Mojácar, que tenía propiedades inmobiliarias en esa localidad almeriense. Las fuentes próximas a Vera se han visto sorprendidas de que la sociedad relacionada con Jean Claude hubiera hecho inversiones en Mojácar.

La cara legal de Saninver en Logroño era una persona llamada Juan Delgado, quien realizó los contactos comerciales para hacerse con la policlínica. Sin embargo, a muchas de sus citas acudió acompañado de JeanClaude. Así lo recuerdan varias de las firmas comerciales que suministraron equipos para la clínica -la denominaron Clínica Rioja- que Saninver decidió montar en Logroño, así como una mutua que bautizaron con el nombre de Médica Riojana. Delgado acudió incluso a la comisaría de Logroño para ofrecer los servicios de su mutua a los policías de la zona.

Saninver compró abundante equipo médico y mobiliario para la clínica, pero ésta nunca se puso en marcha. Los suministradores, además, nunca cobraron sus facturas. Así, la empresa de Zaragoza Ingeniería Técnica Hospitalaria se quedó colgada con más de 50 millones por material entregado a Saninver; la empresa riojana de mobiliario Spacio arrastró una deuda de más de 12 millones.

En los meses de 1987 en que Jean Claude y Juan Delgado hacían sus gestiones en Logroño, algunos de sus interlocutores recuerdan haberles escuchado conversaciones sobre tráfico de armas y de diamantes. Alguno de ellos no se ha sorprendido estos días cuando ha sabido que Delgado tiene causas abiertas en España, una de ellas en San Sebastián, precisamente por "contrabando de diamantes", según consta en el sumario 100/84 abierto en la capital vasca.

Según investigaciones efectuadas estos días por el periódico La Rioja, Delgado tiene abiertas también al menos otras ocho causas en distintas provincias. A raíz de las deudas que dejó en Logroño, Delgado acabó siendo detenido en marzo de 1988, pero nadie presentó denuncias criminales contra él, sino demandas civiles, por lo que fue puesto en libertad a los dos días.

Clínica en Pamplona

Pero no fueron sólo estos negocios los que las personas relacionadas con la mafia francesa acabaron realizando en España. Durante las negociaciones que Jean Claude protagonizó con agentes de la Guardia Civil en Madrid en abril de 1991, el ciudadano francés -que era conocido entre los guardias como Lobo- dijo a sus interlocutores que había colaborado con el Cesid en "un buen servicio contra ETA, y por ello le facilitaron la adquisición del hospital de Navarra en Pamplona" (se desconoce a qué hospital se refiere).

En el mismo informe secreto de la Guardia Civil en que figura ese dato, se narra que Jean Claude tuvo un incidente con un guardia en Logroño, lo que es un dato más sobre la presencia del mafioso francés en esa ciudad.

En el informe secreto elaborado por la Unidad de Servicios Especiales (USE) de la Guardia Civil se indica que Jean Claude, Lobo, mantuvo efectivamente relaciones con el Cesid. En otro documento del Servicio Central de Información de la Guardia Civil (SCI), del 6 de junio de 1991, se agrega que Jean Claude desea colaborar con ese instituto, pero que en ningún caso quiere "tener como interlocutor ni a Rafael Vera ni a ningún representante de la Secretaría de Estado para la Seguridad".

Fuentes próximas a Vera señalan que ese dato muestra que la entrevista de éste con Jean Claude no fue fructífera porque, añaden, el francés pedía sus beneficios por adelantado. La negociación de 1991 con la Guardia Civil (ver EL PAÍS del martes) tampoco fue positiva. Por eso, las fuentes consultadas sostienen que los negocios que pudo realizar en España sólo pudo hacerlos con ayuda del Cesid.

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