Un sistema ofensivo demoledor pisa el Bernabéu

Tres de cada cuatro goles del Barcelona se producen tras una elaborada y precisa jugada, porcentaje al que no se acerca ningún otro equipo de Primera. Cruyff ha logrado que burlar a las defensas contrarias parezca sencillo, de la cantidad de veces que lo consiguen sus jugadores. Sobre la pizarra, se presenta complicado inmovilizar esta demoledora máquina de hacer goles.En una competición en la que la mitad de los equipos sobreviven de jugadas a balón parado y rechaces, el Barcelona es todo un alarde de fantasía y creación.

Nunca se puede predecir por dónde puede venir el gol. Lo mismo es Guardiola quien pone el balón en el área a ras de suelo, que Romario se lo deja en bandeja al compañero, que Stoichkov hace una pared eléctrica o que Laudrup esconde la pelota para que aparezca luego en un lugar idóneo para el disparo.

Pero si éstos fallaran o fueran anulados, por el centro hay más vías que conducen al gol: Bakero, Amor, Eusebio... Y por las bandas: Iván, Sergi ... Hasta quince jugadores de la plantilla han hecho de asistentes en esta Liga. Unicamente Julio Salinas, Óscar, Juan Carlos y Ekelund no han contribuido a los centros de gol en el equipo.

Y luego, a la hora de marcar, los jugadores vuelven a apostar por la imaginación. Nada de remates de cabeza -3 goles en la Liga- puesto que los balones no se rifan en envíos a la olla, ni tampoco tiros fulminantes y precipitados, sino que el juego continúa hasta la ejecución final, controlando el rematador primero la pelota y colocándola, después, raso y junto al poste. Así van 35 goles.