Mis jueces preferidos

Comprensión y eficacia. Dos virtudes difíciles de hallar en los juzgados que tramitan divorcios en España, según cuentan los padres y madres separados de la federación Canaletas, que agrupa en todo el país a unos 10.000 asociados. "Ya que lo bueno no abunda en los juzgados de familia", explica Teresa Fernández, portavoz de la asociación, "hemos decidido premiar a los que lo hacen muy bien para que los que no hacen tanto se den por aludidos".En un sondeo efectuado entre todos los asociados de Canaletas, los juzgados de Madrid han arrasado sobre los del resto de España. La eficacia y rapidez en dictar sentencias se encarna en el juzgado número 23, presidido por la magistrada Elisa Veiga. El juez Carlos López Muñiz y su equipo del juzgado de familia 28 destilan amabilidad por los cuatro costados y una comprensión propia de confesionario con las parejas destrozadas por la amargura del divorcio. Pero la conjunción de todas las virtudes se halla, según los asociados de Canaletas, en el juzgado número 22, a las órdenes de José María Prieto, cuyo equipo se ha llevado el premio honoris causa. "Cumplen las sentencias con todas las consecuencias", explica Teresa Fernández: "Ni un padre o madre se queda sin ver a sus hijos

Los premios, que serán entregados hoy en presencia de la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, parecen confeccionados a medida para cada magistrado. Elisa Veiga no derrocha palabras en balde y las dice con una rapidez inusual. Carlos López Muñiz es de hablar pausado y mirada bondadosa. Y José María Prieto, concilia la amabilidad con un nervio pronto y resuelto. Están contentos con el premio, pero no se dejan adular. "Hoy nos dicen que muy bien y mañana será lo contrario", aseguran casi al unísono Prieto y Beatriz Oca, la secretaria judicial. "Lo que sí es importante es que con estos premios la sociedad y la Justicia se acercan un poco más", agrega Prieto. El magistrado y su equipo reconocen que intentan que las sentencias sean cumplidas de modo estricto, "aún trabajamos con casos que fueron resueltos en 1981 ", explica Beatriz Oca, "pero si los divorciados se niegan a ver a sus hijos, nosotros los perseguimos con la ley en la mano hasta que cumplan la resolución del divorcio".

Cada miembro de la federación ha contado sus experiencias paso a paso al comité que ha examinado a los jueces de familia. Y la comparación con juzgados de otras comunidades autónomas, según los asociados, sonroja. Desde un trato que roza lo, despectivo, pasando por una lentitud desesperante en dictar resoluciones. Los socios de Canaletas aprecian sobre todo el trato humano que dispensa el magistrado Carlos López Muñiz. "Va en mi carácter", asegura con modestia; "comprender a la gente y escucharla ayuda a que se serene". En el juzgado que preside José María Prieto también cuentan que a veces van repartiendo pañuelos entre las más de 1.000 parejas que acuden cada año a divorciarse.

La idea de hacer este concurso surgió el día de la Madre. "Queríamos celebrarlo con una crítica constructiva", explica Teresa Fernández, "estamos hartos del topicazo macabro de las familias rotas que tanto se explota".