"No negociaré con el carnicero de Sadam Husein"
El dirigente kurdo afirma que es necesario mantener el embargo de la ONU contra Irak hasta que caiga "el carnicero Sadam Husein" y asegura que nunca negociará con él la reunificación del país
Jalal Talabani ha viajado a Madrid dentro de una gira por las grandes capitales de la Unión Europea que tiene como objetivo exponer cuál es, a su entender, la mejor forma de ayudar a los kurdos iraquíes. Este peshmerga (guerrillero kurdo), cuyo nombre saltó a la esfera internacional durante la crisis que desembocó en la guerra del Golfo en enero de 1991, no vacila ante sentimentalismos tales como que la población iraquí se encuentra en el vértice del hambre debido al embargo decretado por las Naciones Unidas contra Irak tras la invasión de Kuwait. Tiene muy claro que "sean cuales sean las consecuencias" sobre el pueblo iraquí del castigo internacional, éste no debe de levantarse hasta que no haya caído el régimen policial iraquí y sólo entonces está dispuesto a negociar con Irak la reunificación del "Kurdistán liberado"."No considero a Sadam Husein un presidente, sino un carnicero con el que no negociaré la vuelta a Irak. Él es el enemigo número uno del pueblo iraquí. Primero, que dimita, luego que se forme un gobierno interino y entonces podremos empezar a hablar de reunificación del país", afirma.
Tras la guerra del Golfo y amparados en un puñado de promesas sin concretar, los kurdos se levantaron en armas para acabar el trabajo de derrocar a Sadam Husein que las fuerzas internacionales, lideradas por Estados Unidos, habían dejado a medias. La falta de apoyo internacional les dejó en la estacada y se vieron obligados a huir a la desesperada a la vecina Turquía y a Irán. Para que pudieran volver, Washington prohibió el más mínimo movimiento de la aviación iraquí al norte del paralelo 36 y esta línea es la divisoria entre el "Kurdistán liberado" e Irak.
Tres años después, Talaban¡ quiere explicarle a la comunidad internacional cuáles son las auténticas necesidades de su pueblo para que cambien los fines de sus donaciones: "No queremos que la ayuda internacional se limite a la humanitaria. No somos mendigos. Lo que queremos es ayuda para reconstruir la infraestructura de la zona, los edificios... De la alimentación somos capaces de encargarnos nosotros solos. La cosecha pasada ya fue excedentaria en trigo y arroz".
Tiene 61 años y a sus espaldas décadas de lucha, aunque ya hace años que cambió el Kaláshnikov por la cartera de Exteriores. Esto le diferencia de su gran rival político Masud Barzani, líder del Partido Democrático del Kurdistán, quien prefiere seguir al lado de sus peshmergas. Talaban¡ desmiente que hayan sido incapaces de anteponer los intereses kurdos a los partidistas y asegura que la organización política en el interior del Kurdistán liberado es "un ejemplo de democracia para todos sus vecinos".
En medios políticos se asegura que la fragmentación y la división de la oposición iraquí, entretenida en sus propias diferencias, impide la renovación del régimen. Sin embargo, Talaban¡ considera que existe una "importante colaboración" a la que se debe la "guerra de guerrillas" que se desarrolla actualmente en las marismas iraquíes. "Es una guerra silenciosa contra un régimen cada día más débil", afirma.
El dirigente kurdo cifra la estrategia de lucha contra la dictadura de Sadam en tres puntos: "Mayor capacidad de movilización de la oposición, ayuda exterior y continuidad del embargo internacional contra el régimen". El asesinato, el mes pasado, de un opositor iraquí en Líbano lleva a Talaban¡ a insistir en que Sadam practica el "terrorismo de Estado". Por ello, añade, en esta gira europea espera obtener "ayuda para la creación de una policía local que asegure la vida de los nacionales y de los extranjeros que trabajan en el Kurdistán liberado".
En cuanto a las incursiones que el Ejército turco realiza en el Kurdistán iraquí en su lucha contra las guerrillas del ilegal Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), Talaban¡ afirma: "No nos gustan, pero tampoco nos preocupan demasiado porque no afectan a nuestra gente". Y añade: "Son acciones pro pagandísticas. Así, el bombardeo de 15 aviones meses atrás en Zale -aldea cercana a la frontera con Turquía- destruyó un hospital del PKK y mató a cinco niños y dos guardias, pero los militares turcos dijeron que habían matado a cientos de guerrilleros del PKK".
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