_
_
_
_

Medio Ambiente propone las soluciones más polémicas para el cierre de la autovía de Valencia

La Dirección General de Medio Ambiente ha optado por las soluciones más costosas para cerrar la autovía N-III (Madrid-Valencia), en contra del criterio de la Dirección General de Carreteras, que proponía otras técnicamente más asumibles. Las contradicciones entre ambas direcciones, tuteladas por José Borrell, se iban a saldar con una decisión salomónica, a la que no se ha prestado el director de Medio Ambiente, Domingo Jiménez Beltrán, quien ha firmado las declaraciones favorables a la solución sur para la travesía del Júcar y la norte para el cruce del río Cabriel.

El cierre de la autovía N-III avanza a ritmo lento, aunque no será posible antes de finales de 1995, tal como acordaron en su día la Generalitat valenciana y el Ministerio de Obras Públicas. Desde la aprobación, en agosto de 1991, del estudio informativo sobre el desdoblamiento de esta carretera entre Madrid y Valencia, inexplicablemente excluida del I Plan de Carreteras, la polémica ha acompañado a toda iniciativa tomada en torno a esta autovía.Las primeras víctimas fueron los habitantes de Cuenca, a quienes el ex ministro Virgilio Zapatero prometió en su día que la autovía pasaría cerca de la ciudad para enlazarla con la red de autovías del Estado. Las promesas de Zapatero no se han cumplido, como tampoco las del dictador Primo de Rivera, o Federico Silva Muñoz, quien siendo ministro de Franco anunció que en 1983 empezarían las obras de la autopista Madrid-Cuenca-Valencia.

El Boletín Oficial del Estado publicará en los próximos días la declaración de impacto ambiental de los dos últimos tramos que quedan por definir: los que atraviesan los ríos Júcar y Cabriel. Según ha adelantado a este diario el director general de Medio Ambiente, Domingo Jiménez Beltrán, su departamento considera ambientalmente viables la solución 5 (al sur del embalse de El Picazo) para la travesía del Júcar y la solución (la más próxima al trazado actual de la N-III) para la del río Cabriel.

La decisión de Jiménez Beltrán ampara las tesis defendidas por los ecologistas y las consejerías de Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, pero es contraria a las propuestas por los técnicos de la Dirección General de Carreteras.

Para el tramo entre Atalaya y Motilla del Palancar, los técnicos apostaban por un trazado próximo a la zona denominada de Los Arenales. Pero la Asociación Ecologista para la Defensa de la Naturaleza (Aedenat) y el grupo ecologista Hoces de Alarcón, apoyados en un estudio avalado por eminentes ecólogos, alegaron que esa opción produciría un daño ecológico irreversible. El secretario general de Obras Públicas, Emilio Pérez Touriño, declaraba en las Cortes el 15 de marzo que "lo más razonable desde la perspectiva sectorial de carreteras era la solución 1, con un coste de 13.600 millones de pesetas; la solución 5 propugnada por la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha y los ecologistas tenía un coste de 19.000 millones. Según Touriño, las 6.000 millones de coste superior y una tasa de rentabilidad seis puntos inferior eran condicionantes contrarios a esta solución.

Pero negociaciones posteriores encabezadas por los secretarios de Estado de Infraestructuras y Medio Ambiente asumieron las alegaciones y optaron por la solución 5, que discurre por el sur del municipio de Tébar y salva el Júcar por deba o de la presa de El Picazo, hasta confluir con el viejo trazado de la N-III por encima de El Peral. Técnicos de planificación de carreteras creyeron que si se cedía a las exigencias de Medio Ambiente en este tramo se optaría, en una decisión salomónica, por la alternativa sur en el tramo del Cabriel. La que discurre junto al actual trazado, pegado a la presa de Contreras, presenta una geología frágil que dificultaría en extremo el asentamiento de una autovía capaz de soportar tráficos de más de 3.000 vehículos pesados al día.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Jiménez Beltrán insiste en que, mientras no se demuestre la imposibilidad de resolver la fragilidad de los terrenos, la solución viable medioambientalmente es la suya.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_