_
_
_
_

El alcalde de Villanueva de la Cañada cree que ha solucionado el alojamiento de sus inmigrantes

Luis Partida, el alcalde popular de Villanueva de la Cañada (5.200 habitantes), cree que ha solucionado por su cuenta el alojamiento de sus 82 marroquíes; entre ellos, una familia de Alhucemas que ocupa una de las 21 viviendas sociales del pueblo. Los planes para eliminar el chabolismo magrebí de 10 pueblos del noroeste son de 1992. Un año después, la Comunidad y los ayuntamientos afectados elaboraron un plan para instalar 28 barracones prefabricados en estas localidades, con cerca de 1.500 inmigrantes que viven en condiciones infrahumanas. No hay ninguno en pie.

La consejera de Integración Social, Elena Vázquez, acudió ayer a la Asamblea de Madrid para informar sobre los realojamientos del Noroeste. De los 11 municipios que solicitaban prefabricados, sólo tres han ofrecido terrenos para montarlos: Boadilla del Monte, Majada honda y Las Rozas. Los dos primeros son los que tienen un mayor número de inmigrantes malviviendo, 215 en Boadilla y 380 en Majadahonda. Les si guen Villanueva del Pardillo (139), Valdemorillo (148) y Fresnedillas (118). Ahora falta que estos ediles firmen un convenio con la Comunidad. El acuerdo es que los municipios aporten los suelos y la Consejería de Política Territorial los barracones. La urbanización de los solares depende de los ayuntamientos, a través de créditos blandos de la Consejería de Cooperación, un dinero que recuperarán con el alquiler que pagarán los inmigrantes: unas 7.000 y 8.000 pesetas por persona y mes.

Cansado de esperar Precisamente uno de los alcaldes que más ha peleado por el realojamiento es el de Villanueva de la Cañada, Luis Partida, del PP, según reconoce la consejera. Él considera solucionado el problema del realojamiento en su pueblo y asegura que se cansó de esperar a que llegasen los prefabricados: "Tenemos 82 marroquíes y más de doscientas dominicanas. Todos tienen un alojamiento decente. En cuatro o cinco casos, el Ayuntamiento ha asegurado a los propietarios de las casas que responderá en caso de que surja algún problema". A esta especie de tutela se le añadirá un cupo de un 6% de pisos sociales para familias asentadas.

Y negociación es lo que está planteando ahora el alcalde entre Petri, la casera de un inquilino marroquí, y Alí. Petri asegura que le deben más de trescientas mil pesetas de alquiler. El alcalde mantiene que la mujer no se quedará sin cobrar, pero que Alí, "que ha cobrado a compatriotas suyos", dice, se tendrá que ir.

Sonja lleva la cabeza cubierta y el mentón teñido. Nunca sale de casa y apenas habla español, aunque sus tres hijos pequeños han nacido en Madrid. Ella, su marido Mohamed, que es albañil, y sus cinco hijos viven en un piso en el que ya han pasado sus primeras navidades y cuyo salón lo cubren dos grandes alfombras. Es uno de los 21 pisos sociales que se han repartido en el pueblo. Sonja mira desconfiada y no sale, pero sus hijos son unos correveidiles: Kativa, de 14 años, y Hana, de ocho, hacen la compra y hablan un español impecable. Bujía, primer español de su prole, con seis años, es amiguete del sobrino de Nazario, un policía local que conoce a todo el pueblo.

Aunque el pionero fue aquel hombre bigotudo y larguirucho que llegó hace 18 años de Alhucemas y a quien llaman todos Ramón, aunque no es ése su nombre. Alquiló al constructor Enrique Serrano una casita baja en la calle de Velázquez, y se puso a trabajar de albañil. Por allí, al amparo de Ramón, que ahora tiene 37 años, han pasado los hombres solos que llegan al pueblo y la casa ha sufrido las consecuencias del descuido y de olvidarse a menudo del escobón.

Entre los 12 hombres que allí habitan pagan 18.000 pesetas, sin fallar un mes. En caso de ocurrir algo, el Ayuntamiento de la localidad se haría cargo. Eso es lo que cuenta el constructor-casero Enrique Serrano: "Me lo ha dicho muchas veces el alcalde, pero como no ha habido problemas, pues listo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_