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Parla intenta desde hace tres años trasladar su ruinoso cementerio

El cementerio viejo de Parla, que data de 1850 y donde están enterrados un millar de cadáveres, se viene abajo sin que el Ayuntamiento consiga acabar con los problemas que complican su cierre. Le costó varios meses negociar con el arzobispado de Getafe el derribo del camposanto (en su lugar se construirá una iglesia), y cuando al fin se inició el traslado de los restos, una inspección de Trabajo determinó que lo hacía personal inexperto. Hoy se inician de nuevo las operaciones de exhumación.

El Ayuntamiento de Parla (71.000 habitantes) fue obligado a situar un técnico municipal que supervisara constantemente los trabajos y a disponer de personal familiarizado con el manejo de la máquina excavadora. El traslado de restos al nuevo cementerio para derruir el antiguo, situado en pleno casco urbano del municipio, se vio interrumpido al estimar una inspección del Ministerio de Trabajo que el personal encargado no tenía la debida experiencia. El concejal de Sanidad, Santiago Martín, ha acusado a algunos técnicos y trabajadores municipales de ser los responsables de estas trabas. Para Martín, "algunos olvidan que el pueblo les paga para solucionar problemas".La negociación para derruir el cementerio viejo duraba ya tres años. El citado camposanto, situado en la calle de Leganés, no admite nuevos enterramientos desde el año 1977, y su estado ha sido definido por responsables municipales como "calamitoso". Las condiciones en las que se encuentran sus muros obligaron a limitar las visitas por razones de seguridad.

Los parientes y allegados de los enterrados formaron una comisión de afectados que participó en las negociaciones entre el Ayuntamiento y el obispado de Getafe para construir una iglesia sobre los terrenos actuales. La futura parroquia de los Santos Justo y Pastor albergará en una cripta cerrada al público los restos de los enterrados, que mientras duren las obras de construcción permanecerán en columbarios del cementerio municipal.

No obstante, las tareas de exhumación, iniciadas el pasado día 4 de abril, han encontrado dificultades, puesto que los técnicos esperaban encontrar 570 cadáveres, que son los reclamados, y se han encontrado con más de mil. Según el concejal de Sanidad, todos los restos volverán a la cripta tras su construcción. Los primeros enterramientos en el cementerio viejo datan de 1850.

El cementerio municipal, donde reposarán de manera transitoria estos restos, también ha vivido problemas de masificación, ya que el Ayuntamiento se vio obligado a efectuar el pasado año una ampliación en el número de nichos, puesto que los bajos precios de los enterramientos en Parla atraían a vecinos de localidades próximas. Según Santiago Martín, concejal de Sanidad, en la actualidad hay 1.800 columbarios disponibles, "por lo que no se volverá a situaciones pasadas de masificación".

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