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Jaime Blanco acusa a los renovadores cántabros de favorecer a la derecha

El congreso de los socialistas cántabros comenzó ayer con luchas internas desde su mismo inicio. Los renovadores, encabezados por el diputado regional, Ángel Duque, impugnaron sin éxito la celebración del cónclave, al entender que es contrario a las normas internas del partido. El secretario regional, el guerrista Jaime Blanco, les acusó de estar beneficiando a la derecha regional por haber desviado la crisis de ésta al seno del partido socialista. "Buen servicio han hecho a la derecha en crisis", agregó.

La gestión de la ejecutiva saliente, encabezada por Blanco, fue aprobada poco antes de la la medianoche por el 68,07% de los delegados, con un 26,84% de votos en contra.En su discurso de apertura del congreso, Blanco reclamó a los 148 delegados "un esfuerzo de generosidad y coherencia para que no fracase la integración", aunque para apostillar a renglón seguido que nadie entenderá que "censurados y censuradores" -en alusión a los dos sectores enfrentados- se sienten juntos en la nueva ejecutiva regional. A cambio de esa integración, el secretario regional y candidato a la reelección reclamó que se reconozca a su ejecutiva como garante de la legitimidad del proceso precongresual.

Los renovadores ya han anunciado que presentarán una lista alternativa. Ángel Duque consideró que el partido en Cantabria "hay que cambiarlo desde abajo y necesita un retoque desde sus cimientos". Este cambio, añadió, "no se hará si no gana la renovación".

Los pasillos del hotel santanderino en que se celebra este séptimo congreso regional de los socialistas cántabros reflejaban bien a las claras la división. Un grupo de militantes y ex militantes de la agrupación local de Polanco, donde las incidencias precongresuales fueron abundantes, desplegó unas pancartas con los lemas "Fuera el guerrismo rumano de Inés [secretaria de Organización del PSOE cántabro], Blanco y sus enanos" y "Congreso nulo, actas falsas, represión, censos manipulados. Fuera guerrismo ruso". Con sus pancartas, estos militantes reventaron la grabación de una entrevista televisiva a la ex ministra de Sanidad y diputada por Cantabria, Matilde Fernández, invitada al congreso. "Soy guerrista, claro, pero no rumana", dijo Fernández.

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