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El Reino Unido endurecerá la legislación sobre videos violentos

El ministro británico del Interior, Michael Howard, frenó ayer una nueva tormenta en la Cámara de los Comunes al aceptar un considerable endurecimiento de la legislación sobre vídeos. Howard tuvo que plegarse parcialmente a las propuestas del diputado del Partido Liberal David Alton, cuya enmienda a la ley de Enjuiciamiento Criminal, para prohibir los vídeos violentos en el país, iba a ser debatida ayer en de los Comunes. Doscientos diputados -80 de ellos de su propio partido- habían reclamado cambiar la ley. Alton aceptó retirar la enmienda a cambio de que, una vez en la Cámara de los Lores, el propio Gobierno modifique la ley. Los cambios esenciales se resumen en tres puntos: mayores penas -incluso de cárcel- para distribuidores y vendedores que alquilen vídeos considerados "ultraviolentos" a menores de edad; mayor rigor en la censura y nuevos y más restrictivos criterios para que un vídeo consiga el certificado de la Oficina de Clasificación Cinematográfica.

La medida, bien mirada, resulta más burocrática que efectiva, pero, al parecer, es todo lo que se pretendía para acallar la interminable polémica sobre el impacto de la violencia visual en la conducta de los niños. Un debate especialmente intenso en este país desde el terrible asesinato del pequeño James Bulger por dos menores de 10 años de edad, el pasado año.

En toda la controversia que ha precedido al acuerdo de ayer, Howard tampoco estaba solo. El pasado fin de semana, el director de la Oficina de Clasificación Cinematográfica, James Ferman -no precisamente liberal-, calificó de exagerada y perniciosamente restrictiva la propuesta.

Ferman considera que si se pone en práctica amenaza con dejar en la ilegalidad "a más de la mitad de los filmes realizados a lo largo del último cuarto de siglo". Ello incluiría a películas como La lista de Schindler o Bailando con lobos, por no mencionar Bambi, la edulcorada producción de Disney. Diversos psicólogos han aventurado estudios sobre el brutal impacto de la muerte de la madre de Bambi en los espectadores más pequeños.

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