Con los pomulos en las, cejas
Una artista quiere convertir su cuerpo en obra de arte gracias a la cirugía
Orlan lleva nueve operaciones de cirugía estética. No ha sufrido ningún accidente, ni pretende rejuvenecer, ni hacerse más guapa, aunque, oficialmente, el bisturí ha hecho que su frente sea la de la Mona Lisa; sus labios, los de la Europa de Gustave Moreau; su mentón, el de la Venus de Botticelli, y sus ojos, los de una Diana de la escuela de Fontainebleau. El pasado noviembre, en Nueva York, durante una operación retransmitida en directo vía satélite a diversos museos, Orlan optó por hacerse poner unos pómulos artificiales encima del arco de las cejas, casi en las sienes. "El cuerpo es obsoleto. Lucho contra Dios y contra el ADN", afirma la artista en París durante el acto de presentación de su nueva imagen: "Estoy en contra de todo estándar de belleza y empeñada en dirigir mi autorretrato". Para ella, la belleza sólo existe cuando se sabe llevar las imperfecciones con espíritu".En 1964, Orlan debutó como performer midiendo diversas calles y monumentos con su cuerpo, utilizado como patrón. Desde entonces no ha dejado de tra-! bajar con él, ya fuese vendiendo "besos de artista" a cinco francos o adaptándose a la iconografla religiosa, vestida de santa Orlan -una monja amazona-, con un pecho al aire y una pistola láser en vez de rosario.
" Mi próximo cambio de imagen tendrá lugar en Japón, donde van a hacerme una nariz tan grande como puedan admitir mis músculos fáciales". Orlan dirigirá la operación, ya que, como en las anteriores intervenciones, laanestesia epidural le permite hablar con los doctores, enférmeras, cámaras e invitados, pero también con las personas que, desde otro país, gracias a la cámara, asisten al acto. "El quirófano tiene algo de iglesia, con su luz cenital, el silencio, el cirujano como sacerdote que oficia, y yo he querido buscar otro tipo de ritual y de atmósfera, más adecua-do a lo que yo hago", dice Orlan. El modista Paco Rabanne ha creado para ella nueva ropa de quirófano, y varios músicos han aportado, en directo,, un fondo sonoro especial. "Hay quien dona su cuerpo a la ciencia; yo lo he entregado al arte".
Orlan practica la forma másradical posible de body art, movimiento que considera "superado". Cree haber creado "un personaje híbrido" con el que se identifica, y explica que la mayor dificultad es encontrar cirujanos que se presten a sus demandas: "En el mundo quedan algunos tabúes, y entre ellos, el derecho a trabajar el propio cuerpo. Las feministas tampoco lo admiten, y los psicoanalistas también ponen reparos". A ella le interesa la transformación, el proceso. "Por eso muestrolos días siguientes a la operación, la carne tumefacta, las cicatrices que se cierran. Los cirujanos sólo quieren saber el antes y el después, pero yo impongo el durante", define. Para, financiar esta construcción de su retrato, Orlan busca doctores coleccionistas, a los que pueda pagar en obra.
La idea de que la vida es el arte y el arte es la vida, aplicada literalmente, convierte al artista en una obra, que seguirá vigente mientras el artista viva. A Orlan le interesa la muerte, y espera poder filmar la suya. "Cuando me veo en la pantalla, el cuerpo abierto mientras me operan, tengo la sensación de contemplar una autopsia en la que el cadáver seguiría hablando". Orlan cambiará de nombre cuando su autorretrato esté acabado. Un ordenadpr permitió en su momento establecer el objetivo físico buscado. Luego. los progresos de la técnica y los deseos de Orlan han hecho que la cirugía se fuese clesviando del modelo inicial. Y concluye: "Si hubiese un sistema para modificar la pigmentación de mi piel y poder convertirme en negra, quizás lo haría".
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