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Milosevic acusa a la ONU de aliarse con los musulmanes

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, aseguró ayer al mediador Internacional ruso Vitali Churkin que "el bombardeo de las posiciones serbias en Gorazde despejó la ilusión acerca de la actitud imparcial de la comunidad internacional hacia la crisis en Bosnia". Con la intervención de su fuerza aérea, "las Naciones Unidas han tomado parte en la guerra civil en Bosnia, aliándose con los musulmanes", subraya el comunicado emitido por el Gabinete de Milosevic, que reitera la necesidad de alcanzar un acuerdo de paz "sin perjudicar las soluciones políticas" futuras.Por otra parte, el Estado Mayor del Ejército Federal yugoslavo (serbio-montenegrino) considera que el bombardeo de la OTAN "representa un acto que puede conducir hacia consecuencias imprevisibles". Sin entrar en detalles, el alto mando asegura haber adoptado "las medidas para proteger la integridad territorial de Yugoslavia", cuyas fronteras se encuentran a sólo veinte kilómetros de Gorazde.

El Gobierno federal yugoslavo esperó más de doce horas, después del primer bombardeo, para convocar una sesión extraordinaria y "condenar enérgicamente la decisión de las Naciones Unidas de emplear la fuerza aérea de la OTAN". La reunión del Gobierno federal llegó a una conclusión ambigua: "Yugoslavia apoyará todos los esfuerzos constructivos dirigidos hacia la disminución de las tensiones". Y, por otra parte, no abandonará su solidaridad "con el pueblo serbio" en Bosnia, "víctima de una nueva agresión".

Amenazas de los 'ultras'

Todos los partidos políticos de Serbia han condenado el "acto de agresión" de la ONU, pero sólo los ultranacionalistas de Vojislav Seselj proponen represalias contra la población musulmana en Bosnia y exigen la expulsión del personal de la ONU del territorio de la antigua Yugoslavia.

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Otras formaciones ultranacionalistas han amenazado directamente a los ciudadanos norteamericanos. La rabia de los ultras no va dirigida, por el momento, hacia otras nacionalidades. Ningún partido ha pedido la entrada del Ejército federal yugoslavo en la guerra en Bosnia.

Milosevic no apareció ante los periodistas después de reunirse ayer en Belgrado con el viceministro de Exteriores ruso, Vitali Churkin. El diplomático ruso salió preocupado del edificio de la Presidencia serbia: "Algo ha ido terriblemente mal en Gorazde. Nos encontramos en un camino muy resbaladizo hacia la implicación internacional en Bosnia".

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