Armillita, satisfecho de torear en Sevilla
Miguel Espinosa, Armillita, abandonó hace 15 días su México natal y se instaló en el Aljarafe sevillano para hacerse al ambiente de esta tierra. Junto a su amigo Manolo Cortés, ha visitado tentaderos, ha matado tres toros a puerta cerrada y, sobre todo, ha meditado sobre la gran responsabilidad que tiene esta tarde en la Maestranza." Debutar en la Feria de Abril de Sevilla", dice Armillita, "es una de las satisfacciones más grandes de mi vida. Mi primer gran triunfo es estar anunciado en el cartel de esta tarde, y estoy convencido, además, de que va a salir bien".
Al torero mexicano no le preocupan los toros de la legendaria divisa del Conde de la Corte, y piensa, por el contrario, que pueden reverdecer la unión triunfal que se produjo entre su padre y esta ganadería. "Sinceramente", añade, "estoy muy ilusionado, y dispuesto a que se repitan los triunfos que obtuvo mi padre con toros de esta casa. Por otra parte, mi única obsesión es triunfar y creo que tengo condiciones para ello".
De todos modos, Armillita reconoce la dificultad del toro español, tan distinto al de su país: "El toro mexicano", explica, "va de menos a más, tiene movilidad y te permite construir poco a poco la faena; al toro español tienes que entenderlo al primer muletazo, se mueve menos y te obliga a más".
Miguel Espinosa es hijo del torero mexicano Fermín Espinosa, Armillita; nació en Aguascalientes el 24 de junio de 1957, y con 20 años, cuando ocupaba el primer puesto en el escalafón de novilleros en su país, se presentó en España en 1977. En la Maestranza toreó tres tardes, la primera el 15 de mayo, y el 12 de junio la tercera, en un mano a mano con Tomás Campuzano. Ya no volvió a Sevilla hasta la Feria de San Miguel de 1991, y pasó entre silencios.
Alternativa en Querétaro
Tomó la alternativa en Querétaro el 26 de noviembre de 1977 y volvió a España en 1978, aunque tuvo que cortar la temporada por el fallecimiento de su padre. Viajó, de nuevo, en 1983 para confirmar la alternativa, de manos de Manolo Vázquez y con Manzanares de testigo, y no volvió a los ruedos españoles hasta el año 1991. El año pasado llegó a torear 20 corridas.
A la hora de hacer un balance de tantos viajes, Armillita es concluyente: "No estoy descontento, pero creo que no ha sido todo lo relevante que yo hubiera deseado. A mi propia responsabilidad se unen otras circunstancias; por un lado, casi siempre he tenido la mala suerte de llegar de sopetón a Las Ventas y he notado. excesivamente el cambio; por otro, he gastado muchas energías para poder torear en España. Si uno no se mueve, nadie te llama".
A pesar de todo, Armillita sigue en el empeño de compartir su temporada con España, y mantiene la ilusión de que salga ese toro -si es en Sevilla, mejor- que le permita desarrollar el toreo que sabe: "Mi sentido del toreo", afirma, "es innato, fácil, brota con naturalidad.
La corrida de hoy, cuarta de feria: toros de Conde de la Corte, de la finca Los Bolsicos, en Jerez de los Caballeros (Badajoz), para Armillita, Pepe Luis Vázquez y Luis de Pauloba. Plaza de la Maestranza, a las 18.30.
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