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"Hay riesgo de que la violencia social estalle"

"Me hubiera gustado más aplaudir que criticar al Gobierno", confiesa el ya ex secretario general de UGT

Nicolás Redondo hubiera deseado que el Gobierno de Felipe González rectificara su reforma laboral, al igual que ha hecho el Gobierno Balladur. Eso no ha sucedido, y hoy se retira como líder de UGT confiando en que su sucesor tenga una relación menos tormentosa con el PSOE. Cuando se le habla de la crisis de PSV, le sale la parte más hosca de su carácter. Se resiste a hablar y aclarar el asunto que ha empañado su trayectoria. Pregunta. Ha dejado dos mensajes a sus herederos: Autonomía de los partidos y unidad con CC OO, pero no ha dicho nada de las futuras relaciones de UGT con el Gobierno.

Respuesta. Las relaciones futuras estarán en función de la política económica. Por parte nuestra nunca ha habido nada preconcebido en contra del Gobierno. Cuando hemos declarado una huelga, lo hemos hecho a pesar nuestro y con un Gobierno socialista cuesta más. En los últimos meses, si ha habido un consenso, ha sido con Convergència i Unió y en contra de los sindicatos.

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P. ¿Le hubiese gustado firmar algún acuerdo?

R. A mí, y al conjunto de la UGT, nos hubiera gustado más aplaudir que criticar. Y nos hubiera gustado llegar a acuerdos con el Gobierno, porque es bueno y porque forma parte de nuestra cultura. Y no hemos llegado por el propio Gobierno socialista. Tenemos unos demonios familiares muy preocupantes, una situación de malestar y tensión social más agudizada que en otros países, pero el Gobierno mantiene de manera contumaz sus criterios.

P. ¿Pretendía que el Gobierno español rectificara como ha hecho el Gabinete Balladur?

R. Era nuestra aspiración. En la huelga general estuvimos todos los sindicatos de acuerdo, pero en las manifestaciones del 25 de noviembre los ugetistas dijimos que eran disuasorias para no tener que llegar a un enfrentamiento más duro. Y en esas manifestaciones participaron más personas que en las protestas de Francia. Es lamentable esperar a que el descontento profundo adquiera caracteres de violencia. La tensión social existe, puede estar en estado soterrado, y un Gobierno debe tener en cuenta que puede estallar.

P. ¿Existe el riesgo. de que estalle esa violencia social?

R. Yo creo que hay un riesgo evidente de que la violencia social estalle. La sociedad española está menos articulada y es menos viva que la francesa y por eso las reacciones pueden ser más peligrosas. Prefiero que haya manifestaciones de protesta que ese descontento soterrado y latente que nunca sabes por dónde va a salir. Si un millón de familias no tienen ningún ocupado, si hay tres millones y medio de parados, ¿cuál es el límite de esa situación?

P. La crisis aguda en que estamos ¿es culpa directa de Felipe González?

R. Hay un clamor generalizado de está sociedad que pide un cambio de la política económica y lo están diciendo los expertos, no sólo los sindicatos. Aquí no se puede personalizar en Felipe González, es el Gobierno. El presidente tiene que asumir la parte que le corresponde, pero hay una cierta contumacia en la política económica y este Gobierno lleva la décima parte de un siglo gobernando.

P. ¿Ha comprendido la frase de González: "He entendido el mensaje"?

R. No. Como la última parte de la campaña electoral hizo un llamamiento a la izquierda ante el temor de que ganara la derecha, se podría entender que se refería a eso. Lo que no puede ser es que se esté gobernando con frases. Hay que decir las cosas claras y que no haya expresiones muchas veces contrarias a lo que se hace.

P. Después de la reforma laboral se prepara la reforma de la Seguridad Social ¿qué le parecen los mensajes que se están lanzando?

R. Algunos me parecen bastante negativos. Se está hablando de una reforma de las pensiones y parece que se perfila un recorte. Hay algo dentro de la mas pura socialdemocracia y es que la justicia social, no sólo es justa, sino también un factor determinante del modelo económico.

P. Este Congreso va a decidir impulsar un gran acuerdo nacional para el reparto del empleo ¿cree que ese pacto es posible?

R. Lo que es evidente es que si en algo está sensibilizada la UGT es en la situación de desempleo. Un pacto ¿en qué sentido podría ir? Lo que sí se va a tratar es el reparto del trabajo, lo que va a ser una cierta alternativa para poder crear empleo. Estamos incluso dispuestos a sacrificar el salario real o poder adquisitivo según las condiciones.

P. El Gobierno está acosado por la corrupción ¿llegaremos a la situación de Italia?

R. Yo creo que no, lo de Italia reviste cierta especificidad. No pienso que la situación sea comparable.

P. Se retira cuando estalla la crisis de PSV ¿le ha quitado el sueño?

R. Sí, he dicho reiteradas veces que me ha afectado y lo único que puedo añadir ahora es que estamos esperando con un cierto grado de esperanza que el Gobierno, cuanto antes, apruebe el plan de viabilidad.

P. ¿No han tenido todavía ninguna contestación?

R. No, tan sólo unas manifestaciones del ministro de Trabajo en las que parecía receptivo al plan de viabilidad.

P. Cuál sería su mensaje a un cooperativista que tiene en PSV los ahorros de toda una vida.

R. Ahora, más que a un cooperativista, mi mensaje es para el Gobierno: que actúe cuanto antes y que apruebe el plan de viabilidad.

P. ¿La solución será más fácil este lunes, cuando usted ya no esté al frente de UGT?

R. Ojalá que fuera así. Me cuesta creer que la determinación se haga en función de aversiones personales. Me alegraría mucho que quien me sustituya se encuentre con la situación en vías de solución.

P. ¿Qué sintió el otro día cuando, desde la propia UGT, dirigentes del metal dijeron que usted deja una UGT en la quiebra?

R. No te agrada. En el debate precongresual ha habido manifestaciones muy ácidas y tienes que asumir esas críticas. Lo que sí puedo decir. es que, en los comités confederales, casi todas las resoluciones se han aprobado por unanimidad.

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