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El presidente de Rusia propone un 'pacto cívico' para neutralizar a sus adversarios

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, ha propuesto a las fuerzas políticas del país que renuncien a promover cambios constitucionales o celebrar elecciones anticipadas en un proyecto de pacto cívico con el que pretende neutralizar a sus adversarios, mayoritarios en el Parlamento.El líder ruso sufrió un revés político ayer cuando el Consejo de la Federación (la Cámara alta del Legislativo) no aprobó la resolución propuesta por Yeltsin para cesar al fiscal general, Alexéi Kazánnik. Este funcionario dimitió el pasado febrero tras poner en práctica la decisión parlamentaria de amnistía que abrió las puertas de la cárcel a los líderes de la oposición antiyeltsinista. El fiscal, sin embargo, reconsideró su dimisión, que vuelve a plantearse hoy ante el Consejo de la Federación, ya que para el cese se necesita la mayoria del total de los 174 diputados de esta Cámara.

En la votación secreta realizada ayer, 68 diputados votaron a favor del cese y 74 lo hicieron en contra, un resultado que hizo reaccionar inmediatamente a Borís Yeltsin con un comunicado en el que pedía a la Cámara encontrar una salida de la situación.

El proyecto presidencial de pacto cívico, elaborado en un clima de conspiración y difundido por Itar-Tass, prevé la creación de estructuras paralelas de varios niveles que desplazarían el centro de gravedad del Legislativo a órganos no previstos en la Constitución del 12 de diciembre.

En su variante actual, el proyecto prevé un "mecanismo de consenso permanente" de cuatro niveles, consistentes en una comisión de concertación, conferencias y mesas redondas especializadas, así como grupos provisionales de trabajo.

El pacto incluye también un mecanismo de denuncia de las transgresiones que podría llegar hasta la expulsión de los infractores del consenso. Establece un compromiso para no usar la violencia y obliga a las partes a evitar 'Juicios de valor de los acontecimientos de agosto de 1991 y octubre de 1993". Todo parece indicar que Yeltsin no confía totalmente en la ley fundamental para garantizar la paz social.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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