El ministro del Interior defiende a Arzalluz frente a quienes cuestionan su compromiso antiterrorista

El ministro del Interior, Antoni Asunción, defendió ayer en Bilbao la vigencia del compromiso antiterrorista del PNV y de su presidente, Xabier Arzalluz, al término del funeral por el guardia civil Fernando Jiménez, asesinado el lunes por ETA. El acto, oficiado en la iglesia de San José, próxima al Gobierno Civil, se desarrolló entre escenas de dolor de los familiares de la víctima y en un ambiente particularmente envenenado tras las duras manifestaciones de Xabier Arzalluz el domingo durante la celebración del Aberri Eguna (Día de la Patria vasca).

"La nitidez de la actitud antiterrorista del PNV y del señor Arzalluz están fuera de toda duda", proclamó el ministro, antes de subrayar que "aquí, quienes apoyan la violencia son Herri Batasuna, es KAS, el complejo de KAS, y es Egin, pero en ningún momento el PNV, ni ninguno de los partidos del Pacto de Ajuria-Enea".Las palabras del ministro contrastaron con las que el día anterior pronunció el gobernador civil de Vizcaya, Daniel Arranz, vinculando, sin citarlo expresamente, el atentado etarra con las manifestaciones de Arzalluz. "Algunos escriben el prólogo y otros el epílogo", dijo tras visitar a la viuda y a la hija del guardia civil.

A la salida y entrada del templo, el propio Antoni Asunción arropó con su compañía al consejero del Interior, Juan María Atutxa, y al alcalde de Bilbao y militante también del PNV, Josu Ortuondo, convertidos en blanco de las iras de parte de los asistentes al funeral.

Finalizada la ceremonia, mientras la banda de música de la Guardia Civil honraba a su compañero, los gritos de dolor y los. sollozos de los familiares y amigos de la víctima se sumaron a los esporádicos vivas a España y la Guardia Civil y a los abucheos, insultos y descalificaciones soportados con gesto estoico por el consejero del Interior y el alcalde de la ciudad. En los rostros de buena parte de los asistentes y de los guardias formados, las lágrimas se mezclaron con la lluvia, que cayó persistentemente.

Los restos mortales de Fernando Jiménez, padre de una niña de seis años, fueron enterrados en Salamanca, donde reside la familia de su viuda, pese a que la víctima había nacido en Barakaldo. Tanto Antoni Asunción como los dirigentes políticos del PSE-EE y del PP presentes en el funeral reclamaron la condición de vasco del guardia civil asesinado.

De regreso al Gobierno Civil, el ministro, acompañado por el director general de la Guardia Civil, Ferrán Cardenal, llamó a la conciliación y a la unidad a los partidos de la Mesa de Ajuria-Enea. "Hay que continuar unidos contra la violencia", dijo, "hay que seguir más unidos que nunca para combatir a los violentos, que no son otros", precisó, "que ETA y aquéllos que les abrigan, como Herri Batasuna, KAS y Egin". El diario vasco titulaba ayer su primera pagina: "Muerto un guardia civil en Bilbo al estallar su coche".

También el secretario general del PSE-EE, Ramón Jáuregui, rechazó la existencia de relación alguna entre las manifestaciones de Arzalluz y el atentado del lunes. "Las declaraciones de Arzalluz sobre la violencia y el artículo octavo de la Constitución son un profundo error, un paso atrás, pero", afirmó, "constituyen una circunstancia ajena al atentado".

En los mismos comunicados en los que transmiten su indignación por este asesinato, los sindicatos policiales SPPU y ANPU reprochan a Arzalluz "haber comparado de manera vergonzosa a los asesinos de ETA con las Fuerzas Armadas españolas" y afirman que tanto el presidente del PNV como ETA "son los mismos perros con diferente collar".