Major, frente a su partido

( ... ) Mientras John Major mantuvo la gloria de ser el ganador de unas elecciones generales en circunstancias adversas, se le podía conceder el beneficio de la duda: era vulnerable, pero, en último término, probablemente estaba a salvo. Ahora se encuentra en el papel inaceptable del hombre que haría perder al partido las próximas elecciones. Muy bien pudiera ser que los conservadores estén condenados al fracaso con cualquier líder. Algunos de los principales tories creen incluso que eso podría ser beneficioso. ( ... ) En un caso ideal, deberían celebrarse unas elecciones generales para despejar el ambiente, pero esto no va a suceder. Por tanto, resulta tentador pedir a John Major que dimita. Pero ( ... ) ¿solucionaría la confusión actual la mera sustitución del líder? ( ... )Las razones que podrían justificar la dimisión del primer mi nistro se basan en su liderazgo débil y desmañado, no en desacuerdos profundos con la mayoría de sus colegas de Gabinete. Y las claves de sus problemas estriban en la naturaleza de su propio partido.

Los acontecimientos de la semana pasada han mostrado un Partido Conservador tan obsesionado con conservar el poder que es incapaz de mirar más allá de sí mismo a la tarea de gobernar coherentemente. ( ... ) Nada hay que odie más el electorado que un partido político dominado por sus propias divisiones. Esto es lo que tenemos ahora, y el país lo está pagando.

3 de abril