Asesinado a tiros en Guatemala el presidente del Tribunal Constitucional
El presidente del Tribunal Constitucional de Guatemala, Epaminondas González Dubón, fue asesinado a tiros el viernes cerca de su domicilio de la capital. El fallecido, un prestigioso jurista de 67 años, había jugado un papel clave durante el intento de autogolpe del presidente Jorge Serrano en 1993, que condenó sin paliativos. Favoreció entonces el retorno a la legalidad y la llegada al poder del actual presidente, Ramiro de León Carpio.
El presidente del Tribunal Constitucional volvía en su vehículo en la noche del viernes de un acto oficial con su esposa y su hijo de 8 años. Al llegar a proximidad de su casa, su coche fue adelantado por otro, cuyos ocupantes dispararon sobre el magistrado, que fue alcanzado de una bala a proximidad del corazón. Murió poco tiempo después de llegar al hospital. Sus familiares resultaron ilesos. Un portavoz de la policía aseguró en un primer momento que el móvil del asesinato era robar el coche y las pertenencias del magistrado, y atribuyó el crimen a la delicuencia común.
Esta tesis, sin embargo, suscita el escepticismo en la capital guatemalteca, y otro miembro del Tribunal Constitucional, Edmundo Vázquez Martinez, no dudó en atribuir el crimen a una organización de extrema derecha. "Es falso decir que los escuadrones de la muerte han sido desmantelados en Guatemala. Los asesinatos y las acciones contra la seguridad y contra la paz no han dejado de producirse, sino todo lo contrario", añadió. Por su parte, el vicepresidente del país, Arturo Herburger Asturias, aseguró que el crimen había sido obra de unos "enernigos de la democracia".
El fallecido había jugado un papel clave en el fracaso del intento de autogolpe del ex presidente Jorge Serrano que, en abril de 1993, asumió todos los poderes y dísolvió el Congreso y la Corte Suprema de Justicia. Epaminondas González, en tanto que presidente del Tribunal Constitucional, calificó estas medidas de contrarias a la Carta Magna y favoreció la salida del poder de Serrano, ahora exilado en Panamá. El nombre del hoy fallecido sonó incluso como sucesor del presidente depuesto, pero el cargo fue finalmente asumido por Ramiro de León Carpio, que prometió sanear la vida política del país. Estos antecedentes le habían valido a Epaminondas González muchos enemigos en el campo antidemocrático.
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