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El Banco de España blanquea sus muros y Correos sella sus piedras

La plaza de Cibeles parece condenada a vivir en un blindaje casi permanente. Primero fue el Palacio de Linares el que se vistió de andamios para convertirse en la Casa de América, inaugurada en 1992. Ese mismo año, la diosa y sus leones vivieron enjaulados durante un mes para desprenderse de una capa de pintura con que la embadurnó un mendigo. En octubre pasado, el Palacio de Comunicaciones se colocó la armadura para poner a salvo de los cascotes las cabezas de los viandantes. El Banco de España también se ha colocado ahora el traje metálico. Poco a poco, sus piedras recuperan su primitivo color blanco. Fuentes del banco emisor explican que la fachada goza de buena salud, pero está negra como la noche por la contaminación.

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