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El Estado privatizará este año entre el 15% y el 20% del capital del grupo petrolero, Repsol

Miguel Ángel Noceda

La privatización continuará este año en Repsol. El Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) organismo estatal que controla en la actualidad el 40,5% de las acciones del principal grupo petrolero español, prepara una nueva colocación de acciones que rondará entre el 15% y el 20%. Paralelamente y ante la reducción de la participación estatal, la sociedad establecerá que las acciones en manos del Estado tengan unas condiciones especiales (conocidas por su denominación inglesa golden share), con lo que mantendrá el control y se blinda ante posibles situaciones hostiles en la empresa.

La nueva operación forma parte de la política de privatizaciones del Gobierno y estará escalonada con la venta de acciones de otras empresas públicas. Por ello, la privatización del Repsol no se abordará hasta después del verano. Primero se colocará el 10% del grupo eléctrico ENDESA, que finalizará en mayo.Las condiciones del mercado no invitan a que se haga duran te el verano, por lo que, fuentes cercanas al grupo petrolero y a Industria, estiman que será en otoño. Posteriormente, está previsto proceder a otra privatización de Argentaria.Aunque queda por fijar el porcentaje que se privatizará, las fuentes oficiales consultadas han manifestado que estaría entre el 15% y el 20% del capital de la empresa, lo que supondría reducir a entre el 20% y el 25% la participación que le quedaría al Estado en Repsol. Con la cotización actual en Bolsa (el viernes cerró a 4.495 pesetas por acción), los ingresos que obtendría el Estado se situarían entre los 200.000 y los 270.000 millones de pesetas, que vendrían muy bien para enjugar el déficit.

La decisión, según esas fuentes, ya está tomada y sólo se espera la definitiva luz verde del Ministerio de Industria y del Gobierno para concretar las características de la opera ción. No se alejará mucho de las privatizaciones masivas anteriores.Es decir, contará con un tramo minorista, dirigido al pequeño accionista y que se llevará la principal proporción del paquete que se venda.

Distintos tramos

El tramo institucional mantendrá el sistema denominado book building (consistente en un libro de órdenes en el que los interesados hacen sus demandas y según sean se establece el precio y la cantidad). Este tramo se estructurará por áreas: España, EE UU, Reino Unido, otros países europeos y resto de mercados mundiales.A pesar de no haber determinado todavía las características ni la cantidad de acciones que se privatizarán, la operación cuenta ya con las firmas Lazard y BBV como asesores. Ambas ya trabajaron en la anterior oferta de Repsol. Los coordinadores serán, casi con seguridad, los mismos que la anterior; es decir, Goldman Sachs y el propio BBV.

Esta nueva venta que prepara Repsol será, probablemente, la última oportunidad para los pequeños inversores de participar en una privatización de la empresa petrolera.

La venta de este paquete supone que el Estado -aunque se mantiene como principal accionista de Repsol a mucha distancia sobre otros significativos- se coloca en una situación que, en teoría, podría dejarle descolocado en una maniobra hostil. Por ese motivo, el Gobierno determinará que Repsol establezca acciones con derechos especiales (conocidas como golden share, en su término inglés, o action especifique, en el francés, pues Reino Unido y Francia son los países europeos que implantaron este método de mantener el control tras la privatización de empresas públicas estratégicas). El grupo petrolero que preside Oscar Fanjul será la primera empresa pública española que tenga este tipo de acciones, con las que el Gobierno trata de asegurar su control.

Las golden share confieren a su poseedor -en este caso, el Estado a través del INH unos derechos singulares frente al resto de accionistas de la sociedad. Por ejemplo, se reserva el derecho a nombrar presidente y un número determinado de consejeros; el derecho a vetar cualquier decisión que vaya contra los intereses nacionales; derecho a determinar la modificación del capital; derecho a disponer de los activos de la empresa; derecho a determinar la escisión o disolución... Las empresas con este tipo de acciones también suelen tener un límite máximo de participación para accionistas individuales que se sitúa sobre el 15%.

Reducción progresiva

La reducción de la participación del INH en Repsol comenzó en 1989. La primera venta fue un 4%, que pasó a manos del BBV a cambio de sus acciones en Petróleos del Norte (Petronor) y Naviera Vizcaína. Posteriormente, ese mismo año colocó en Bolsa el 26%, con lo que obtuvo unos ingresos de 135.575 millones de pesetas. Entre esta colocación y la siguiente, entró en Repsol la compañía Petróleos Mexicanos (Pemex), que posee el 5%. En mayo de 1992, Repsol emitió bonos convertibles. El primer canje redujo la participación estatal un 9,8%, hasta el 54,6%, y supuso unos ingresos de 78.000 millones. En el segundo canje, para instituciones, se privatizó un 13,5%, por 110.000 millones. Poco después el INH disminuyó su participación del 41,1% al 40,5%.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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