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Kravchuk maniobra para prolongar su mandato presidencial en Ucrania

Pilar Bonet

ENVIADA ESPECIALUcrania convoca hoy a un electorado de 38,2 millones de personas en las primeras elecciones parlamentarias después de su independencia en 1991, que se celebran en un clima de falta de liderazgo estatal, estancamiento político y depresión económica. En vísperas de los comicios, el presidente, Leonid Kravchuk, exhortó a los ciudadanos a votar, pero lo hizo a regañadientes y dejando constancia simultáneamente de las alternativas que ya tiene preparadas para prolongar su presidencia en caso de que el nuevo Parlamento, formado por 450 diputados, no sea válido.

Para constituirse, el Parlamento ha de contar con 301 diputados legalmente elegidos (los dos tercios más uno), y un diputado se considerará electo al obtener un mínimo del 25% de los votos del censo de su circunscripción, en una votación que, para ser válida, necesita, a su vez, de la participación mínima del 50% de los censados.

El sistema electoral es mayoritario y el total de candidatos que se presentan es de 5.833, de los cuales, la mayoría -3.633 se declaran independientes, una etiqueta bajo la cual, en muchos casos, se ocultan vinculaciones diversas. Una parte de los candidatos del movimiento nacionalista Ruj, por ejemplo, figuran como independientes en Ucrania oriental, para evitar que sus relaciones les resten votos en esta región partidaria de reforzar los lazos con Rusia. Entre los independientes están también los representantes del llamado "partido en el poder", la antigua nomenklatura soviética (líderes agrícolas, directores de empresas y ex dirigentes comunistas). Las elecciones tienen prevista una segunda vuelta el 10 de abril.

En una entrevista radiofónica el sábado, Kravchuk, invocando el peligro de un vacío de poder, dejó claro que quiere quedarse el máximo tiempo posible en el cargo que ahora ocupa. En un retorcido mensaje, el presidente Kravchuk manifestó que si el Parlamento no es elegido, el viejo Legislativo debe anular las elecciones presidenciales previstas para el mes de junio.

En caso de que este organismo no acepte este planteamiento, Kravchuk tiene intención de dirigirse al contingente de diputados electos del nuevo Parlamento para que anulen la convocatoria de comicios presidenciales. El deseo de ver fracasar las elecciones que hoy tienen lugar parece compartido también por el antiguo Legislativo que, por si acaso, no se ha disuelto y se ha declarado dispuesto a permanecer en activo hasta 1995.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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