EE UU propone que sólo se pueda fumar o en zonas acotadas
La Administración norteamericana lanzó ayer una nueva ofensiva para regular los espacios de fumadores en los lugares de trabajo y garantizar la limpieza del aire en los locales de todo el país, incluidos bares y restaurantes. Las medidas propuestas, que deben pasar todavía por un proceso de debate público antes de su aprobación definitiva, limitan estrictamente el uso del tabaco y garantizan tanto la existencia de zonas para fumadores en todos los centros de trabajo como el derecho a no respirar aire viciado por parte de empleados que tengan que estar en contacto con el público.La propuesta establece que en los seis millones de centros de trabajo que se guían por las normas de Seguridad e Higiene se permitirá fumar solamente en zonas delimitadas y separadas en las que la ventilación elimine el humo. Todos los lugares de trabajo tendrán que contar con estas zonas, para proteger los derechos de los fumadores. Las disposiciones sobre pureza del aire afectarán a 4,5 millones de restaurantes, cafeterías, hoteles, colegios y centros de salud: "Las personas empleadas en estos lugares no pueden ser obligadas a trabajar en las zonas en las que se permita fumar", según Joseph Dear, responsable de Seguridad e Higiene.
Cumplir con la obligación de separar zonas especiales para fumadores y de garantizar aire limpio para todo el mundo costará a las empresas, según Joseph Dear, 8.000 millones de dólares (un billón 120.000 millones de pesetas) el primer año de entrada en vigor de las normas y 6.600 millones de dólares (924.000 millones de pesetas) cada año. El impresionante coste de las propuestas se compensará, según el secretario de Trabajo, con un incremento de la productividad de 15.000 millones de dólares anuales (dos billones 100.000 millones de pesetas).
Nicotina
La negra jornada para la industria tabaquera se completó en el Capitolio, donde David Kessler, responsable del organismo que regula la alimentación y fármacos (FDA), se preguntó si la demanda de cigarrillos depende libremente de los consumidores o es estimulada por la industria del tabaco con un incremento artificial de los contenidos de nicotina. La FDA investiga esta posibilidad desde que la cadena de televisión ABC lo denunció a finales de febrero. Phillips Morris presentó el jueves una querella contra la cadena de televisión ABC en la que solicita 10.000 millones de dólares por falsedad y calumnia. En lo que sería la pesadilla de la industria tabaquera, Kessler sugirió la posibilidad de que la nicotina sea considerada como sustancia adictiva. Tras el debate público -en el que se movilizarán empresarios, dueños de locales y la industria tabaquera- habrá un periodo de 60 días para introducir modificaciones. A partir de la aprobación definitiva, los empresarios tendrán un año de plazo para cumplir con las disposiciones.
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