Demografía canina
Salivazos, jeringuillas, meadas, vomitonas, litronas, bolsas de basura en medio de la calle, restos de las mismas cuando han intentado ponerlas dentro del camión, escombros, muebles, colillas, folletos de publicidad, bolsas de plástico, botellas de ídem, el interesante suplemento dominical El País Negocios en todas las plazas y parques sobre los bancos o el césped, el envoltorio de todos los suplementos de todos los diarios revoloteando a nuestro alrededor, etcétera.Donde vivo yo hay muchos perros y por supuesto alguna que otra boñiga, pero lo que no falta nunca, además de todo lo anterior, son botes de refresco, bolsas vacías de patatas fritas y montones de cáscaras de pipas, que nos dejan a todos los vecinos los trabajadores de empresas que tienen que coger el autocar para regresar a sus localidades. Yo también me quejé a estos señores, y me contestaron: "Para eso está el Ayuntamiento" (el nuestro, no el de ellos, pues son de otras localidades).
Todo esto viene a cuento por la frase de un artículo del domingo 6 de marzo, en la sección de Madrid.- "Madrid ha revalidado, gracias a las cacas de perros, el título europeo de la suciedad". No creo que sea un problema de cacas de animales el que nos haga acreedores de tan ilustre título europeo. Somos una ciudad sucia, los madrileños somos sucios y tenemos la ciudad que, de momento, nos merecemos.
Después de todo esto pienso que ustedes tienen, como muchos, algo contra los perros y siempre es bueno echarle la culpa a ellos y no querer ver la realidad, su realidad.-
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