Oremos
Oremos, hermanos. Oremos y pidámosle a la Providencia que en éste, nuestro peculiar país, nunca nos falte el apoyo de los sindicatos; sindicatos que, por otro lado, tienen mucho más afiliados que los militantes de todos los partidos políticos juntos.El día que a los trabajadores asalariados nos falte su presencia todo habrá terminado para nosotros. Volveremos a ser esclavos del siglo XIII, con sueldos parecidos o similares; volverán a ejercer sobre nosotros el derecho de pernada, y volveremos a implorar a nuestros amos un mísero plato de habichuelas y que no nos manden a luchar en sus particulares cruzadas.
Por último, quiero dar la enhorabuena a los directivos de los medios de comunicación por abrirles los ojos a la sociedad, y por querer encontrar en cada uno de los sindicalistas de ese país a un bandido, a un pirata, a un secuestrador de libertades. Por todo esto y por lo que vendrá... oremos.-
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