Si lo sé no vengo
Toshack ha durado 48 dias como seleccionador de Gales
La dimisión de John Benjamin Toshack como seleccionador de País de Gales pone punto final a una etapa de cuarenta y ocho días y un partido amistoso. Su renuncia ha sorprendido porque el entrenador de la Real Sociedad no es propenso a arrojar toallas. Durante esta semana, Toshack ha convocado conferencias de prensa en San Sebastián y Londres para explicar los motivos de su dimisión. "Nada tiene que ver con el fútbol" afirmó, "pero ahora sé cosas que no sabía antes". Lo interesante, sin embargo, es lo que no dijo. Tras casi una década, el fútbol español sabe que Toshack no se amilana ante la adversidad. Su espantá se debe obviamente a un profundo desengaño. La federación galesa es un pulpo con zapatillas. Veintisiete consejeros forman sus tentáculos. Tommy Forse ejerce de presidente accidental y el poder ha sido asumido por su director ejecutivo, Alun Evans. Es un ambiente familiar con todos sus abrazos, susurros y puñetazos.Tras la derrota casera ante Rumania que excluyó a la selección galesa del Mundial de los Estados Unidos, Evans dejó claro ante el seleccionador Terry Yorath que el contrato que caducaba a finales de 1993 no sería renovado, sobre todo teniendo en cuenta su pretensión de duplicar su ficha anual de apenas seis millones de pesetas. Toshack aceptó el cargo persuadido que la continuidad de Yorath -de acuerdo a lo dicho por Evans había sido descartada. Sin embargo, un grupo de consejeros habría apalabrado la continuidad de Yorath, que así se animó para ventilar sus amarguras e ir al juzgado reclamando despedida improcedente.
De esta manera, Yorath y una camarilla de dirigentes iniciaron una campaña que ha llegado a dividir a los medios de comunicación y, a través de ellos, la opinión del público. Todavía peor, dividió a la plantilla. lan Rush, después de negarse inicialmente a seguir en la selección, anunció en la Prensa que sólo quería ganar para dedicárselo a Yorath. Aterrizando procedente de Sondika, Toshack se encontró en medio del fuego cruzado de una guerra civil.
Su debú fue adornado de pancartas, gritos y cánticos en memoria de Yorath y en lugar de una victoria capaz de silenciar a los disidentes, se consumó una derrota por 1-3 ante Noruega, que suministró más municiones a la riña fratricida. Nadie quiso hablar de la ausencia de la estrella galesa Ryan Giggs, ni del pacto con el Manchester United que ponía un tope de 45 minutos a la actuación de Mark Hughes, ni de la presencia de cuatro jóvenes ascendidos desde la selección Sub-21. El debú sólo sirvió para convalidar las tésis sobre profetas y sus tierras.
Toshack había aceptado el cargo soñando con llevar la selección de su país natal a una fase final por primera vez desde el Mundial de 1958. La disponibilidad de jugadores como Giggs, Hughes, Rush y Saunders ofrecía esperanzas y, no obstante, País de Gales es la única de las selecciones británicas que presenta tan larga y poco distinguida lista de ausencias.
Toshack se niega rotundamente a comentar lo acontecido. Sufre en silencio la tristeza de un hombre que ha sufrido un choque cultural en su propio país, mientras la federación ha nombrado nuevo seleccionador a Mike Smith, ayudante de Toshack, por dos años.
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