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La física de los fenicios

250 alumnos de la Politecnica montan una sentada contra un catedrático

Antonio Jiménez Barca

Unos 250 estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica abandonaron el miércoles las aulas armados con pitos y se sentaron en los pasillos para protestar contra su catedrático de Física Aplicada, Juan José Scala, al que culpan de incompetencia. Denunciaban, entre gritos de "Menos suspender y más aprender", que este catedrático, el más veterano de la escuela, elija para el examen una sola pregunta teórica entre los más de 100 temas posibles."Es como la lotería. Además, algunos de los temas, que tienen la misma probabilidad de que caigan que otros, van sobre la física en los tiempos de los fenicios y cosas así", explicaba ayer un alumno de tercer curso que no dio su nombre.

Los alumnos no sólo se quejaban de la amplitud del temario del examen. "La segunda parte de ese examen es un problema práctico; pues bien, en clase no hemos hecho ni un solo problema, así que es casi imposible aprobar", protestaba I. S., de 19 años, alumno de primero. "Creo que ahora sé menos física que cuando estaba en COU, porque al menos allí me explicaban problemas. Ahora, sólo teoría", añadía otra estudiante de primero que no se atrevía ni a dar sus iniciales por miedo a represalias: "Es que Scala es aquí toda una institución".

Después de permanecer en los pasillos durante más de una hora, los estudiantes se desplazaron en bloque al vestíbulo de la entrada principal, donde se celebra una feria de ingeniería industrial. Éste fue el sitio que eligieron los alumnos para continuar la sentada, con el consiguiente disgusto de los organizadores de la feria. Aunque ya están algo acostumbrados: la semana pasada los estudiantes organizaron una sentada en el vestíbulo por el mismo motivo.

Durante la primera sentada, el premio Nobel italiano de Física Carlo Rubbia, que había sido invitado para pronunciar una conferencia en la inauguración de la feria, tuvo que abrirse paso entre los estudiantes.

Este periódico no pudo hablar ni con el catedrático Scala a su vuelta de un viaje a París ni con el director de la escuela, José María Martínez-Val, cuya secretaria aseguró que tenía "todo su tiempo comprometido".

No todos los alumnos han estado de acuerdo con insistir en las medidas de protesta. "Después de esa primera sentada, el profesor Scala nos garantizó que iba a reunirse con nosotros para negociar, pero tenía que irse de viaje", contó ayer José Luis Rivera, de la delegación de alumnos de Industriales. "Así que habría sido mejor que discutiéramos con él primero", aclara.

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Las sentadas se montan espontáneamente. No las convoca la delegación de alumnos (órgano que representa a los estudiantes y por donde suelen canalizarse sus protestas). Basta con colocar decenas de carteles que dicen "Sentada mañana" para que los, alumnos colapsen los pasillos.

"Yo les comprendo", cuenta Rivera. "Puedo pensar que es excesivo organizar otra bronca después de que Scala accedió a hablar, pero cuéntale lo de excesivo a gente que tiene cuarto aprobado, que ha ido a clase de quinto y no puede aprobar ni una porque le queda Campos y Ondas de tercero de este señor". La asignatura de Campos y Ondas es incompatible; es necesario aprobarla para tener acceso a otras de cursos superiores.

Según los estudiantes, los problemas con Scala vienen de lejos. Pero la pregunta del examen de febrero de tercer curso les ha indignado. Los alumnos afirman que Scala eligió, de 149 temas, uno que no había dado en clase y del que se había limitado a entregar fotocopias.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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