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El fiscal eleva de 24 a 54 años su petición de cárcel para tres 'cabezas rapadas'

El fiscal del primer juicio que se celebra en Madrid contra skin heads (cabezas rapadas) se mostró inflexible. Inicialmente pedía para los tres rapados que se sentaron ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal 3 de Madrid una pena global de 24 años de cárcel. Tras el juicio, sin embargo, rectificó al alza su propuesta y elevó su solicitud a 54 años. Todo ello por la "bestial paliza", sostuvo, que gratuitamente propinaron a tres punkis que hablaban tranquilamente en la boca del metro de Antón Martín el 24 de mayo de 1992. Los agresores emplearon bates de béisbol, palos, puños americanos (guantes con pinchos) y navajas, explicó el fiscal.El juicio se inició en medio de insultos y abucheos -"nazis, fascistas, asesinos..."- proferidos por una auténtica colonia de punkis congregada en los juzgados en apoyo de las víctimas y contra los rapados. La Guardia Civil tuvo que emplearse a fondo para dejar expedita de periodistas y punkis la puerta de acceso a la sala de vistas. La desenfadada ropa y el variado color del pelo de los punkis (crestas, trenzas ... ) contrastaba con los sobrios atavíos y el cuidado corte de pelo de los acusados: Alberto Matesaz, Álvaro Sánchez de la Morena y Carlos de la Fuente, cuyas edades oscilan entre los 25 y los 30 años. El fiscal pidió 18 afios de cárcel para cada uno de ellos. Esta solicitud coincide con la orden dada por el fiscal jefe de Madrid para que pidan penas máximas a los rapados.

PASA A LA PAGINA 6

"Pelo cortito"

A uno de los punkis le rajaron parte del brazo y ha permanecido 575 días de baja médica

Los punkis, atemorizados, se dispersaron rápidamente. Sin embargo, tres de ellos cayeron en las garras de los skin head. José Ignacio Campos, que entonces tenía 21 años, recibió un, fenomenal corte en el brazo derecho con un arma blanca, indicó el médico forense. A Campos le han quedado serias secuelas de movilidad en el brazo y estuvo de baja médica durante 575 días.David Illana, de 20 años, sufrió traumatismo crancoencefálico: un grupo de ocho o diez rapados, según declaró ayer, le propinó patadas y golpes con objetos contundentes por todo el cuerpo. También salió malparado Pablo Prados, que fue golpeado con una piedra en la cabeza. El fiscal apreció la agravante de abuso de superioridad.

Los tres rapados negaron ante el juez, el magistrado Ignacio Bigeriego, su intervención en los hechos. Atribuyeron a la casualidad su presencia aquella madrugada en la zona: de Antón Martín. Los abogados de la defensa, que solicitaron la absolución para sus clientes, incidieron en esa línea, es decir, que sus defendidos no intervinieron en la reyerta, sino que circunstancialmente estaban por esa concurrida zona aquel día. Casi todos los testigos, amigos de los tres apaleados, han reconocido a los acusados, "sin ningún género de dudas", según -el fiscal, como copartícipes de la "bestial agresión".

Un testigo aseguró al juez que después de la agresión escuchó decir a uno de los rapados, jactándose: "Vaya currá que les hemos dado". Ninguno' de los acusados admitió ser skin head, pero sí reconocieron, en cambio, que llevaban el pelo cortito".

Respecto a la navaja que se le intervino, Sánchez de la Morena dijo que suele llevarla para hacerse el bocadillo en el trabajo. Admitió que el arma era grandecita". "De 20 centímetros", concretó un policía. Carlos de la Fuente, otro de los encartados" dijo que en esa época llevaba el pelo corto porque estaba haciendo la mili. No obstante, incurrió en contradicciones al ser preguntado por Carlos Vila, abogado de una de las víctimas. Este letrado indicó a los periodistas, minutos antes de comenzar el juicio: "Confío en que la condena será ejemplar; a ver si terminamos con estas bandas criminales".

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