Corcuera y Benegas informan al vicesecretario de la marcha de las negociaciones
Alfonso Guerra ha sido informado del contenido de las múltiples reuniones que se han mantenido estas días y se muestra satisfecho por el resultado de ellas, dado que la elección de los miembros de las esas del congreso y de las comisiones le parecen equilibradas y no encuentra, en principio, razones doctrinales que le separen de los dirigentes de todo signo que han tomado parte de estas reuniones.El propio Guerra celebra encuentros con los suyos en estos últimos días. Ayer, y después de mucho tiempo sin tener un contacto directo, el ex ministro del Interior José Luis Corcuera mantuvo una reunión por la mañana con Alfonso Guerra y con el secretario de organización, Txiki Benegas. La noche anterior tanto Benegas como Corcuera estuvieron hasta primeras horas de la madrugada en el palacio de la Moncloa en una cena con Felipe González, Joan Lerma y Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
En esa cena el secretario general les habló de sus criterios sobre la próxima ejecutiva, aunque continuó sin desvelar los nombres de los miembros del equipo dirigente, secretariado o permanente, según las distintas denominaciones que se le está dando. González conoció por Benegas el estado de opinión de los secretarios de organización del partido que, a primeras horas de la tarde, se habían reunido con Benegas en la sede del PSOE en este auténtico frenesí de conciliábulos.
Paralelamente, González recibe personalmente a los jefes de delegaciones del congreso en la Moncloa. Ayer mismo se reunió con el ministro para las Administraciones Públicas y cabeza de la delegación del partido socialista canario, Jerónimo Saavedra.
A pesar de que los cabezas de lista y los responsables de federación están ya bastante coordinados en cuanto a por dónde debe discurrir el trabajo de las comisiones, todos reconocen que no las tienen todas consigo ante la imprevisión que genera el voto individual y secreto de los delegados, como ya sucedió en el Congreso del Partit dels Socialistes de Catalunya.
Felipe González sabe ya cuáles son los problemas con los que puede topar el congreso. Los delegados continúan sin asumir del todo que tendrán que votar una lista bloqueada. La lucha que han librado durante meses en las agrupaciones les ha hecho alimentar filias y fobias muy profundas, que querrían plasmar en una votación secreta y candidato a candidato.
Estos "desahogos" son precisamente los que González quiere evitar. El levantamiento de las incompatibilidades, en sentido contrario a como piden las enmiendas, es otra de las cuestiones sobre las que habrá que convencer a los militantes.
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