El Leganés baila a ritmo de goleada
El público pacense coreó al equipo pepinero, que tuvo a Vivar como artillero estelar
"Leganés, Leganés". El público extremeño se rindió ante el gran juego del equipo madrileño y le despidió con aplausos. El Lega goleó, ofreció espectáculo y demostró con esta victoria que juega mejor lejos del Municipal. Vivar fue el protagonista: además de clase, ofreció tres goles.El equipo madrileño se tomó cumplida revancha de la fuerte goleada que el Badajoz le infligió en la primera vuelta (2-6). Ayer, en El Vivero, los pupilos de Luis Ángel Duque vencieron y convencieron ante una afición que coreó su juego y los goles como si del equipo de casa se tratara.
El Leganés jugó desde el primer momento consciente de que sus posibilidades de permanecer en la categoría pasan por conseguir victorias fuera de su terreno y el Badajoz ofrecía a priori una estadística propicia para ello: los locales sólo habían obtenido en su campo puntos en los últimos cinco encuentros.
El Badajoz buscaba reencontrarse con su afición local y la victoria ante el Leganés se presentaba como el último billete para subirse al tren de la promoción.
El equipo madrileño soportó estoicamente la salida en tromba de su rival. A los cinco minutos el Badajoz tuvo la llave del partido en sus manos. El colegiado Sánchez Regidor señaló un riguroso penalti de Mesas sobre Sergio. Aguilera intuyó el disparo de Altimira y ahí se acabó el fluido juego de los locales.
A partir de ese momento, varió la suerte del encuentro. El Leganés simplificó su fútbol a un concepto tan economicista como práctico: alejar el balón de su área, correr y aprovechar los fallos del rival. Nano anuló a Emilio, Dorado y David frenaron a los puntas locales Serrano y Altimira, mientras Vivar ejercía de ojo avizor para frenar los ataques del rival. Arriba, el joven Alfredo y Peces traían en jaque a la defensa albinegra.
Un despiste del portero Pablo propició el primer gol de los madrileños en una falta lanzada por Peces fuera del área. El Badajoz naufragaba con una línea central sin ideas donde el debutante Miladenovic no encontró su sitio.
Y en eso llegó Vivar. Rompió a su par y se entregó al ataque. La fiesta estaba servida. El Badajoz era una caricatura de aquel equipo que en 1993 aspiraba al ascenso. Peces, Alfredo y Vivar bordaban el juego con una fluidez que no se le presume a un candidato al descenso.
El público pacense interpretó su condición de espectador desde un sentido útil: ¿para qué abroncar a los suyos si sobre el terreno había un conjunto brindando espectáculo? Y comenzó a corear: "Leganés, Leganés!". Y al final, ovación de gala. Los jugadores del Lega parecían estar en casa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.