El señor Boyer y la señora Thatcher

En su interesante artículo sobre la economía británica (EL PAÍS, 28 de febrero de 1994) Miguel Boyer exagera los logros de los Gobiernos de Margaret Thatcher. Valgan algunas puntualizaciones:

1. Las tasas de crecimiento de 1985-1988 no fueron únicas en el siglo. Limitándonos a la segunda mitad del mismo (y aunque haya quien no lo recuerde), hay 10 años equiparables (tres de ellos: 1960, 1964 y 1973, con tasas muy superiores).

2. El PIB del Reino Unido en términos reales no pudo aumentar "lo mismo que el conjunto" de los 12 países de la UE si eso significa, como podría parecer, que el aumento fue igual a la suma de los aumentos del PIB de los otros 11. Si se quiere decir, como es más probable, que aumentó tanto como el promedio del conjunto de los Doce, ¿en qué consiste la hazaña?

3. No cabe argüir que el ritmo de crecimiento de la economía en esa década sea una hazaña en comparación con periodos previos: a ese respecto el "récord británico de posguerra" será pobre, pero, con todo, sistemáticamente superior al de la etapa de Thatcher, como han puesto de relieve numerosos autores británicos en otras tantas obras que evalúan el legado thatcheriano.

Sirvan de ejemplo los cálculos del director del National Institute of Economic Research A. Britton; del conocido economista de la city londinense Ch. Johnson, del catedrático emérito de Cambridge B. Reddaway o, incluso, del ex ministro de la señora Thatcher lan Gilmour, cuyo recomendable libro Dancing with dogma (Simon and Schuster, Londres, 1992) es un saludable antídoto al triunfalismo de la dama de hierro y sus admiradores.