Seguidores de Guerra le presionan para que renuncie a integrarse en la dirección del PSOE
Varios dirigentes guerristas, como la ex ministra Matilde Fernández; el presidente de la Federación Socialista Madrileña (FSM), José Acosta, y el secretario general del PSOE de Cantabria, Jaime Blanco, presionan a Alfonso Guerra para que no participe en la ejecutiva federal que salga del congreso. Estos dirigentes se inclinan por que Guerra no acepte la oferta de Felípe González de ocupar la vicesecretaría del PSOE, pues creen que es preferible su ausencia de la nueva dirección a estar en una situación no demasiado digna.
El rechazo a la integración de Guerra en la dirección no es unánime. La mayoría de los dirigentes guerristas de la ejecutiva discrepan de sus compañeros y piden a Guerra que, "por el bien del partido", acepte la oferta que le haga Felipe González, ya que comparten básicamente el mismo proyecto. Ésta es la posición de Francisco Fernández Marugán, Abel Caballero, José Félix Tezanos y de Txiki Benegas.La marginación de Guerra en las conversaciones preparatorias del congreso que ha abierto González están en la raíz de esta actitud. Los guerristas conciliadores también sienten como una afrenta la decisión de González de excluirles, pero consideran "un error político de consecuencias irreversibles" autoexcluirse y quedar fuera de la dirección.
El criterio de González es recibir a los dirigentes guerristas en función de su peso político, pero nunca como representantes de un sector del partido que el secretario general del PSOE no reconoce como tal. Es previsible que reciba antes del congreso al presidente de la Junta de Extremadura, el guerrista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, uno de los líderes territoriales marginado de las dos reuniones preparatorias celebradas en La Moncloa.
Rodríguez Ibarra
Pese a sus diferencias, González respeta a Rodríguez Ibarra, con el que se reúne algunos fines de semana en los parajes extremeños. El respeto mutuo de los dos políticos no impide que el dirigente extremeño manifieste con claridad sus convicciones, que a menudo chocan con los criterios de su secretario general. Así el presidente de Extremadura ha expresado públicamente su opinión de que los guerristas no deben estar en la ejecutiva si el diseño de González no es "integrador".
En todo caso, González mantiene su propuesta de ofrecer a Guerra la vicesecretaría general del partido, pero en función de su peso político y no como cabeza de un sector.
Entre tanto, González continúa con sus entrevistas. Ayer recibió a Antonio García Santesmases, Manuel de la Rocha y Vicent Garcés, de la corriente Izquierda Socialista (IS), la única reconocida oficialmente. El día anterior departió con el secretario general de Juventudes Socialistas, Juan Bouza. Éste le pidió que tuviera en cuenta a los integrantes de las Juventudes para la dirección del partido.
El ala izquierda del partido tiene ya claro que si tiene algún sitio que ocupar es en el comité federal del partido, dado que González les informó que su ejecutiva iba a ser "homogénea". Según el razonamiento de González, Izquierda Socialista no puede estar en la ejecutiva, como tampoco cualquier persona que discrepe de la línea mayoritaria.
Previamente estos representantes le mostraron su discrepancia con algunas actuaciones de la ejecutiva federal que ahora termina su mandato y también con los planes de González respecto a que la nueva dirección se elija en lista bloqueada, de manera que los delegados no puedan votar individualmente al equipo que González elija.
En las próximas horas se reunirá por tercera vez con los dirigentes territoriales del sector renovador para ultimar la preparación del congreso. González sigue sin contar con Guerra ni los guerristas en los contactos que mantiene estos días. Tan sólo habla con Txikl Benegas en su calidad de secretario de organización del partido para coordinar la preparación del congreso.
