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El cierre de la fábrica Kubota levanta consignas contra los japoneses

Los 316 empleados de la factoría de la empresa japonesa Ebro-Kubota en Madrid se manifestaron ayer contra el anunciado cierre de la planta de Cuatro Vientos, dedicada a la fabricación de tractores agrícolas. La mayoría de los empleados sobrepasa los 40 años. Unos 200 trabajadores de Nissan Motor Ibérica, también japonesa, se unieron a la marcha.Lo habitual en estas protestas es arremeter contra el ministro del sector o el de, Trabajo. Pero en esta manifestación, las consignas, que arremetían contra todos los nipones: "Felipe, bonsái, con los japoneses, esto es lo que hay", y pancartas que rezaban: "Los japoneses nos engañan", encendieron los ánimos, aunque no hubo incidentes. Sólo salió de la megafonía una alabanza. Al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, "el único que ha plantado cara" a los orientales.

La tormenta antinipona que se respira en Linares (Jaén) por el cierre de Suzuki aún no ha llegado a Madrid con rigor. No se ven, como allí, carteles en las puertas de los restaurantes chinos que puntualizan: "Somos chinos, no japoneses". Pero los ánimos ya están muy encapotados: "Es que son muy raros [los japoneses]; pero ¿qué se puede esperar de una gente que los día Si de huelga trabaja el doble? ¡Si es que son feudales!", razona Angel, uno de los empleados.

Todos se sienten "engañados", y a pesar de que los directivos de la empresa niegan que haya otra posibilidad que el cierre, hoy se volverán a sentar todos para intentar negociar una salida. Si no, los trabajadores amenazan con elaborar un calendario de duras movilizaciones. Para ello cuentan con el apoyo de los trabajadores de Nissan, anterior propietaria de la fábrica hasta que vendió el 90% de sus acciones a Kubota, en 1989. Aún posee el 8,9% del capital social.

El cierre se comunicó el pasado 27 de febrero, dos días después de que la junta general decidiera la liquidación de la sociedad. La empresa aduce que sus cuentas siempre han sido deficitarias, a pesar de que la penetración en el mercado de los nuevos tractores que fabrican desde 1989 ha ido en aumento. El director de personal y finanzas, Emilio Marcos, añade que no está prevista la suspensión de pagos ni quiebra; el cierre, innegociable según Marcos, se producirá por Ia liquidación de la sociedad, causada por pérdidas de 12.750 millones de pesetas.

Los empleados ven "precipitado y desmesurado" el cierre, que afectará, además, a 1.000 empleos indirectos. En un comunicado, el comité de empresa critica que los directivos no han dado margen de tiempo para rentabilizar el nuevo tractor lanzado hace cinco años. Culpan de la situación a la mala gestión y critican que en 1993 se destinaron 500 millones de pesetas a bajas incentivadas para 38 empleados.

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