Una tonelada de bazofia al día
La telebasura es un fenómeno poco extendido, en contra de lo que pudiera parecer desde España. Sólo nuestro país, Italia y EE UU emiten programas escabrosos o amarillistas sin apenas problemas legales. En los principales estados de la Unión Europea la situación está regulada: apenas hay telebasura, o si la hay, en horarios minoritarios, debido a una legislación clara y a los gustos de los espectadores. Sin embargo, en Estados Unidos, el referente televisivo por excelencia, la telebasura goza de excelente salud. La demanda de los telespectadores ha provocado que asuntos con morbo relacionados con famosos hayan desplazado de la apertura de los informativos de calidad a los debates políticos o la guerra de Bosnia.El atractivo sexual de las mujeres grandes. Fidelidad y promiscuidad entre los homosexuales. El atractivo sexual de las mujeres pequeñas. Hombres violados por sus padres cuando eran niños. Lesbianas: lo que usted debe saber. Este es un sucinto muestrario de algunos de los temas de la televisión basura en Estados Unidos. Hay una docena de estos programas, que se emiten en las principales cadenas en horas de audiencia baja o media, desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde.La competencia es fuerte, y los productores de los programas hacen maravillas para suministrar carne fresca todos los días. Hay que estar al tanto de todo o atender las ofertas de los profesionales. Sherroll Miller, una enférmera de 44 años de Kentucky, ha aparecido más de 10 veces contando su historia: fue la décima esposa de un homosexual estafador y polígamo. El matrimonio duró cuatro días, pero sus detalles le han dado para ir tirando casi cinco años.
Hay otro canal de desagüe de la telebasura en Estados Unidos: los TV tabloids, programas supuestamente de investigación que en realidad bucean en los escándalos -o los inventan- en los tonos más amarillos posible., Ninguno de los dos vacila a la hora de pagar por testimonios que ilustran las aventuras sexuales de los famosos de Hollywood, los detalles de una orgía caníbal o el abuso de menores. Ya desde hace años, la fascinación por la violencia hizo que las noticias de crimenes ocuparan los titulares de los informativos. Nueva York barió marcas: "Emitimos una tonelada de basura al día", se lamentaba en 1992 Gabe Pressman, reportero de la NBC.
En los últimos meses, el juicio de los Bobbitt, el caso Michael Jackson y el folletín de las patinadoras han metido el sensacionalismo en los recintos sagrados de la televisión. La ABC dedicó a Michael Jackson la noche del discurso sobre el estado de la Unión. CBS llevó a Heidi Fleiss, la joven madame de Hollywood, que aprovechó para lanzar una línea de lencería. Nancy Kerrigan y Tonya Harding han abierto más informativos en prime time que la guerra de Bosnia. La televisión, como ha denunciado Dan Rather, está obsesionada por la audiencia, y eso justifica cualquier cosa.
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