Polémicas proyecciones de 'Fresa y chocolate'
En la Casa de América y en la Filmoteca Española se han registrado esta semana llenos inusuales y colas de muchos metros con la proyección de la película cubana Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea, ganadora del Oso de Plata en el último Festival de Cine de Berlín. El público, salpicado de cubanólogos de distintos signo, aplaudió cerradamente. Sin embargo, la polémica no estuvo ausente, ni fuera ni dentro de las salas.El lunes pasado, en Casa de América, pese a que un vistoso cartel reza que las entradas gratuitas se recogen dos horas antes de la proyección, a la hora prevista habían volado todas. Una frustrada espectadora asegura que los pases habían sido manipulados y presentó una carta de reclamación.
En la Filmoteca Española hubo menos jaleo: mucha gente se quedó fuera, pero la venta de las 300 localidades se desarrolló con normalidad. La Filmoteca quiso hacer un segundo pase el mismo día 3, pero Telemadrid, coproductora de la cinta y responsable de la distribución en España, se negó aduciendo que el estreno comercial está previsto para dentro de 15 días.
Tras la proyección, Gutiérrez Alea participó en una mesa redonda de marcado contenido político. El director eludió los terrenos escabrosos. Prefirió dar claras y sintetizadas explicaciones sobre su método de trabajo, la producción del filme y hasta se quejó del estado de la copia. Desde el público se sucedieron encendidas defensas de la revolución y críticas más o menos mesuradas al trato de los homosexuales en Cuba. La veterana dirigente de la oposición cubana Marta Fraide, que tuvo palabras de halago para Fresa y chocolate, recordó Conducta impropia, un documental del desaparecido Néstor Almendros sobre la represión a los homosexuales en Cuba. Fue el momento más tenso de la velada.
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