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Atrapados

El delicado juego contable entre IGS y PSV se resolverá finalmente de una forma ya intuida por los cooperativistas: pagando más por los pisos. Desde el punto de vista contable, PSV no tendrá problemas si su gestora, IGS, cubre sus pérdidas (más de 18.000 millones), y consigue devolver de alguna forma los 10.000 millones cobrados por adelantado a los cooperativistas. Pero es un magro consuelo para los socios, porque éstos son a la vez acreedores de IGS. Y la única forma de apuntalar las cuentas de la gestora es aceptar aumentos de precio en los pisos. De cómo se resuelva el problema de IGS depende la propia PSV. Por ejemplo, si de los 10.000 millones adelantados a IGS, la cooperativa recupera una parte, los socios deberían aceptar cubrir el resto. En el centro de la pescadilla que se muerde la cola está el cooperativista.

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La auditoría de PSV duda de la capacidad de su gestora para acabar las promociones

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