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El PP acepta sólo algunos derechos de los homosexuales

José Manuel Romero

En la primera votación, sólo tres diputados del PP se opusieron a una propuesta en favor de los derechos de los homosexuales. En la segunda fueron ya todos. La Asamblea de Madrid debatía ayer una proposición del PSOE encaminada a pedir al Gobierno de la nación una ley de Convivencia, cuyo texto otorgue a las parejas que estén unidas de hecho, "independientemente del sexo de sus componentes", los derechos sociales que la legislación no les reconoce. Sólo tres de los 47 diputados del PP se aferraron a su conciencia y se olvidaron del partido, que propugnaba el voto a favor. Ganada la votación, IU defendió también que la Asamblea respaldase el acuerdo del Parlamento Europeo sobre la igualdad legal para los homosexuales, aprobado el pasado 8 de febrero (acepta el matrimonio homosexual y la posterior adopción o reconocimiento de hijos). El PP por aquí no pasó. Votó en contra, y PSOE e IU perdieron el envite. Les faltaban 13 diputados, tal vez porque el partido del Real Madrid ya había empezado. PASA A LA PÁGINA 5

Pedroche, O'Shea y Cierva actuaron "en conciencia"

VIENE DE LA PÁGINA 1La unanimidad de los tres partidos fue rota en la primera votación por tres parlamentarios. Uno de ellos está vinculado al Opus Dei y las otras dos son "católicas practicantes", según explicaron. Varios diputados del PP, molestos por lo ocurrido, les regalaron el calificativo de "carcas".

Los diputados populares que hicieron uso del voto que les dictó su conciencia son: Jesús Pedroche, mano derecha de Alberto Ruiz Gallardón en el Senado y vinculado al Opus Dei; Blanca de la Cierva, que resaltó las maneras democráticas de su grupo, y Cándida O'Shea.

José López López, que en principio iba a votar contra la moción pero finalmente se unió a la mayoría de su grupo, indicó que, "como católico", no podía admitir el matrimonio entre dos personas de un mismo sexo, aunque aclaró que no estaba en contra de que los homosexuales gozaran de los derechos sociales y económicos de los que ahora carecen. López López contestó también a los compañeros de su grupo que le llamaron carca: "Son unos insensatos. Me parece que este asunto se ha debatido poco en el grupo". -

Cándida O'Shea prefirió mantener silencio sobre su voto, mientras que Jesús Pedroche sólo habló para agradecer a su partido la "exquisitez" con que le había tratado en un asunto tan' delicado.

Este curioso voto contó desde el principio con el respaldo oficial del partido. Antonio Beteta, portavoz del grupo parlamentario, permitió a los tres diputados rebeldes que utilizaran el voto de conciencia que permiten las normas internas.

El diputado de Izquierda Unida Salvador Torrecilla quiso reforzar el resultado sometiendo a votación el acuerdo del Parlamento Europeo sobre derechos de los homosexuales. Sin embargo, el tiro parlamentario le salió por la culata, ya que 13 diputados del PSOE y de IU se habían ausentado de la Cámara, de manera que la ratificación del acuerdo fue rechazada con los 46 votos en contra del PP -en línea con lo que hizo en su día la mayoría de sus correligionarios europeos-, frente a los 44 que sumaron esta vez los dos grupos de la mayoría de izquierdas.

En la historia de la Asamblea de Madrid tan sólo hubo otro momento en el cual los diputados populares no mantuvieron un voto homogéneo.

Durante la primera legislatura una diputada popular, Pilar Bigador, solicitó que se prohibiera fumar dentro del salón de plenos. Entre los diputados díscolos, destacó Antonio Beteta, quien defendió sin éxito la presencia de la pipa en el salón de plenos.

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