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Calma tensa

La intervención temporal de la cooperativa de viviendas PSV solicitada reiteradamente desde el mes de octubre por el sindicato UGT, representantes de los cooperativistas y por el propio juez de la suspensión de pagos, sólo ha supuesto un paréntesis en la tensión que viven sus más de 13.000 cooperativistas.Pero la intervención, como explicó el propio presidente del Gobierno, Felipe González, no supone ninguna solución inmediata para el proyecto, ni mucho menos una salida para el principal escollo en el futuro de la cooperativa: la falta de financiación. González dejó claro que no habría dinero público para solucionar la crisis de PSV.

De esta forma, a medida que pasan los días, crece también la inquietud entre los socios de PSV, que no cejan en sus manifestaciones de protesta. Ayer, en Sevilla, un grupo de cooperativistas se manifestó ante la sede del Parlamento autónomo, donde en ese momento se celebraban los actos institucionales con motivo del Día de Andalucía.

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Pero no todas las manifestaciones de protesta de los últimos días han sido pacíficas. El pasado fin de semana, el domicilio en Madrid del ex presidente de IGS, Carlos Sotos, fue asaltado por encapuchados. Los asaltantes rompieron cristales y vallas y dejaron pintadas alusivas al fracaso del proyecto cooperativo PSV. También el pasado fin de semana, cooperativistas de Zaragoza ocuparon viviendas de PSV.

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