_
_
_
_
_

Lecciones de anatomía desde el banquillo

Rafael Medina afirma que le gusta fotografiar a mujeres altas, delgadas y con bonitos pechos

El duque de Feria dio ayer una lección de anatomía. Aficionado a la fotografía de perros y caballos, dejó traslucir bien a las claras que su debilidad son las mujeres. "Pero tienen que ser altas, delgadas y con bonitos pechos porque si no, no valen para posar como modelos", aclaró."Yo nunca supe la edad de Sandra Álvarez [la joven procesada que se ha convertido en su principal testigo de cargo]. Ella me dijo que iba a cumplir 19 años y yo me lo creí a la vista de sus características anatómicas y por la cabeza que tenía. Y de su cuerpo no digamos...", recordó con admiración.

Ante la evidencia de los vídeos de contenido erótico hallados hace un año por la policía en su domicilio de la plaza de López Pintado, el noble tuvo que reconocer que a veces veía este tipo de películas. "Pero jamás lo hice con Sandra. No tiene sentido ver una película porno con una mujer tan espléndida como ella", insistió.

Más información
El duque de Feria se confiesa drogadicto, pero niega ser un pervertido

A preguntas de la fiscal Dolores Villalonga, Rafael Medina aseguró que él no pidió a Sandra que se sentara, desnuda y con las piernas abiertas, encima de un balón para fotografiarla. "Todas las posturas que no sean propias de una modelo las adoptó ella por su cuenta", dijo. En cambio, reconoció que las placas en las que aparece la joven con las manos cogiéndose los pechos y tocándose el sexo fueron tomadas después de que él indicara a la muchacha estas posturas. "Quise imitar a un gran fotógrafo, que es David Hamilton", alegó en su descargo.

Hamilton, el fotógrafo del glamour, inventor de la técnica del vaho en el objetivo de la cámara para dar a sus imágenes una apariencia vaporosa, es especialista en retratos de mujeres púberes y de un erotismo rayano en la pedofilia. Director de películas eróticas como Tiernas primas, Bilitis y Laura, difícilmente será recordado como un maestro. Rafael Medina, con sus vulgares fotos instantáneas, tampoco entrará en el olimpo de los artistas plásticos.

"Las imágenes de niñas pequeñas me hacen gracia, pero para mí no tienen ningún contenido erótico", aseguró al ser preguntado por las seis fotos que realizó a la pequeña Ana María, la menor presuntamente raptada por encargo suyo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Ayer, Rafael Medina rechazó una y otra vez su relación con menores de edad, así como que su secretaria, Mercedes Almeida, le facilitara niñas. No obstante, reconoció que él, personalmente, contrataba a prostitutas para que le dieran compañía. "Yo solo le dije a Mercedes que si tenía una amiga joven, de pecho bonito, tipo modelo, para fotografiarla, que me la trajera. Pero me trajo una que era gorda y que no me gustaba a mí para las fotos artísticas", explicó.

Medina rechazó de plano que hubiera cometido actos libidinosos con la pequeña Ana María, la niña de cinco años presuntamente raptada el 4 de marzo de 1993: "Yo acababa de entrar en mi casa, cuando llegó Sandra con la niña, que venía muy sucia, llena de churretes en la cara.... Tenía preparado el baño para mí porque estaba derrotado de todo el día y me disponía a acostarme la siesta. Soy un hombre al que le gusta la limpieza y vi lógico que la niña y Sandra se bañaran. Luego Sandra me dijo que les sacara unas fotos".

El duque tuvo que aceptar también que en su casa no sólo había revistas como Hola y otras de náutica o de moda cuando ayer le fue mostrado un paquete con publicaciones de alto voltaje erótico, que fue recogido en su apartamento el día de autos. Pero juró que nunca se las enseñó a la pequeña Ana María.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_