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Víctimas y verdugos de la censura visitan los callejones oscuros del cine

José Sámano

"Ministro, he invertido mucho dinero en rodar esta película, si usted la prohibe me arruino", suplicó un productor del franquismo al titular de Información, Gabriel Arias Salgado. "Usted se irá a la ruina, pero que conste que yo le he salvado el alma". Vicente Romero, periodista de TVE, ha recopilado un metro cúbico de documentos y 528 cintas de vídeo para ilustrar una enciclopedia televisiva de la censura y sus flotadores de almas: Imágenes prohibidas. Desde Lo que el viento se llevó hasta Tristana. Desde las tijeras del padre Fierro a las tenazas de Juan Miguel Lamet, hoy director general de cine.

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Vicente Romero, ex periodista de Informe semanal, considera que Imágenes prohibidas es una deuda de una televisión pública con el cine español. Un documento histórico: los regímenes pasan y la censura se mantiene. La serie ha sido producida íntegramente por TVE, que, como es habitual, no ha confirmado su fecha de emisión, y sólo ha avanzado que proyecta su estreno en La 2 a muy corto plazo.'A lo largo de 14 episodios de media hora cada uno, víctimas y verdugos repasan los callejones más oscuros del cine español. Desde la promulgación de las primeras normas en 1912 hasta su desaparición en 1977, la serie recupera numerosas imágenes vetadas a lo largo de estos 65 años, y ejemplos de dobles finales y manipulación de diálogos en los doblajes.

Dos finales

Entre el material recogido figura una copia íntegra del original de El inquilino, de José Antonio Nieves Conde. El final real mostraba a Fernando Fernan Gómez sin vivienda; el obligado tuvo una escena más: su mujer, rodeada de ofertas de alquiler. El material ha sido extraído del No-Do, la Filmoteca Nacional, el Archivo General de la Administración, los archivos de Cultura y de TVE, y coleccionistas.Junto a los testimonios -más de un centenar de entrevistas se ofrecen filmaciones de documentos de la Junta de Clasificación y Censura, informes oficiales, dictámenes y notas internas. "Una verdadera porquería; se suceden los planos obscenos y groseros sin ningún contraste. Es repugnante", asegura, por ejemplo, un vocal de la grey de censores respecto a La dolce vita el 3 de febrero de 1961.

Romero y su equipo han conseguido poner ante las cámaras a media docena de censores. "Son tratados con respeto, no se les pasa factura de nada, fueron meros instrumentos de la época". Algunos fueron presuntamente sobornados. "Ante uno de los más temidos de la época, el proyeccionista siempre avisaba de una falsa llamada telefónica cuando llegaba una escena marcada en el guión por el director". A otros les podía el sopor. "Pedro Murlán Michelena se tenía que ver dos o tres películas en cada sesión. No las aguantaba y se dormía. Al despertarse nunca sabía en cuál estaba ni a cuál pertenecían los cortes que ya había realizado", cuenta Romero.

La serie arranca con un capítulo sobre la censura internacional. Multinacionales como Warner Home Video y la Fox han contribuido en este episodio con documentos sobre los cortes estadounidenses. En este apartado se hace hincapié sobre el final impuesto por la censura norteamericana a John Ford en Las uvas de la ira. También se destacan El exorcista -cortada en España cuando la protagonista se golpea pie con un crucifijo entre las piernas-, Lo que el viento se llevó y la célebre mutación del amante por el hermano en Mogambo. A continuación se recorre la República, la guerra civil y el franquismo, seccionado por décadas.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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