Importante repliegue de la artillería serbia que cerca Sarajevo a tres días del fín del ultimátum
El bombardeo de Sarajevo es menos probable desde anoche. Rusia irrumpió ayer en el escenario de los acontecimientos con un plan, aceptado ya por los serbios de Bosnia, según el cual éstos retirarán definitivamente sus armas pesadas a cambio del despliegue en Sarajevo de un batallón de cascos azules rusos, 400 hombres, enviado por las Naciones Unidas desde Croacia. La ONU confirmó anoche que la artillería serbia está abandonando sus posiciones en la montañas que rodean la capital bosnia. Bill Aikman, portavoz de las Fuerzas de Protección de la ONU (Unprofor) en Sarajevo, calificó anoche de "importante" el repliegue de los sitiadores serbios.
La tregua que vive la capital bosnia, ya en su octavo día, podría hacerse definitiva si, como anunció ayer en Pale Radovan Karadzic, el presidente de la autoproclamada República Serbia de Bosnia, su Ejército está dispuesto a retirar su asedio a cambio de la presencia rusa en las calles de Sarajevo. El comandante en jefe de las Fuerzas de Protección de la ONU (Unprofor), el general británico Michael Rose, elevó ayer hasta 3.000 nuevos cascos azules sus necesidades para garantizar la desmilitarización de la castigada ciudad.El viceministro de Exteriores Vitafi Churkin, enviado del presidente ruso Borís Yeltsin, entregó ayer por la tarde en Pale (sede del parlamento serbio-bosnio) una carta del líder ruso al jefe de los radicales serbios. La misiva contiene la propuesta pormenorizada de Moscú, que en los últimos días ha jugado muy fuerte sus bazas diplomáticas para no quedarse fuera del curso de los acontecimientos en Sarajevo. Karadzic anunció en la capital de los serbios-bosnios, a 20 kilómetros de Sarajevo, su disposición a aceptar el plan del Kremlin. El líder serbio-bosnio añadió, tras reunirse con Churkin, que habían aceptado la propuesta rusa y proclamó: "Creemos que la guerra, por fin, ha terminado en Sarajevo".
El portavoz de Unprofor en Sarajevo afirmó anoche que "está en curso una retirada significativa, de importancia mayor". Bill Aikman añadió: "Hasta ahora, las informaciones de los observadores militares no reflejaban sino el repliegue de vehículos y equipamiento individual. Hoy hablamos de convoyes".
En opinión de Churkin, el plan ruso sobre el cual el Gobierno bosnio se muestra cauteloso, podría significar el principio del fin de la guerra. El vicepresidente del Gobierno musulmán de Bosnia, Ejup Ganic, dijo anoche que si los rusos llegan a Sarajevo su Gobierno pedirá que vigilen el desarme del Ejército bosnio, en lugar del serbio. El Gobierno de Sarajevo no considera neutrales a las tropas enviadas por Moscú.
Acuerdo en Zagreb
La ONU y la OTAN, por su parte, anunciaron haber llegado a un acuerdo en Zagreb sobre cómo ejecutar el ultimátum que vence a la una de la madrugada del próximo lunes para que los serbios levanten el sitio de la ciudad y sus 300.000 habitantes se vean libres de sus cañones. Tras una reunión de más de dos horas en la capital de Croacia, el general de la OTAN George Djouwal, comandante supremo para Europa de la Alianza, y Yakushi Akashi, representante del secretario general de la ONU, coincidieron también en que las presuntas divergencias entre ambas organizaciones internacionales a propósito del desarme del Ejército serbio "existen sólo en la cabeza de los periodistas".La Alianza Atlántica se da por satisfecha aparentemente con la manera en que la ONU está desarrollando en Sarajevo el control del armamento pesado serbio. Pero, a falta de conocer los detalles de la reunión, el general Djouwal habría lanzado un claro mensaje al mando de las tropas de la ONU en Bosnia: para evitar la llegada de los cazabombarderos aliados a Sarajevo no basta con que carros de combate, morteros y cañones estén más allá de 20 kilómetros de la capital bosnia. Es necesario que las armas almacenadas en Sarajevo estén "en manos" de los cascos azules, no sólo bajo su supervisión. La OTAN, en definitiva, no quiere ningún "dedo serbio en el gatillo" para esa medianoche de Walpurgis.
Sobre la cuestión se ha pronunciado contundentemente el jefe de las fuerzas de la ONU en Bosnia. El general Michael Rose dijo que si alguno de los dos bandos intentaba recuperar armamento ya entregado a los cascos azules se usaría la fuerza contra ellos. Tanto Rose como su superior, el general francés Jean Cot, presente ayer en Zagreb y jefe de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia, se muestran satisfechos del cumplimiento por serbios y bosnios del alto el fuego en Sarajevo y de las condiciones pactadas para su desarme progresivo.
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