_
_
_
_

Los deportistas de la Autónoma se someten a obligatorias duchas frías

Paz Álvarez

El agua caliente de los vestuarios del pabellón norte de deportes de la Autónoma se agota: "Todos los días la misma cantinela: hay que ducharse con agua helada. Y con la rasca que hace. Además parece que aquí en Cantoblanco el agua sale todavía mucho más helada", afirma Javier, un fortachón estudiante de 40 curso de Matemáticas, recién salido de la sala de musculación. "Todos los ejercicios que hago requieren un gran esfuerzo. Y sudo mucho. Por eso, nada más terminar la clase me gusta darme una duchita. Pero me da miedo acercarme y abrir el grifo", dice, mientras se dispone a entrar en el vestuario.La causa del problema son unos calentadores eléctricos -dos en el vestuario femenino; los mismos, en el masculino-, que no tienen la capacidad suficiente para que puedan ducharse los alumnos que acuden a las instalaciones deportivas. Cada calentador recoge 200 litros de agua. Por tanto, cada vestuario dispone de 400 litros, que se distribuyen en duchas y en lavabos. Si un adulto necesita 30 litros de agua para ducharse, sólo 13 personas pueden hacerlo en cada vestuario.

La directora de Deportes, Elena Arasa, asegura que éste es uno de los principales problemas a resolver. "Es algo de primera de necesidad, ya que los usuarios piden que las instalaciones estén limpias y que tengan agua caliente. En hora punta viene mucha gente y el agua se acaba". Pero, según la responsable de deportes, tardará todavía un tiempo en solucionarse. "Este edificio no estaba previsto para albergar instalaciones deportivas. No hay calderas de calefacción y hemos tenido que instalar calentadores eléctricos para intentar paliar el problema", añade la directora de Deportes, que espera que el servicio de mantenimiento de las instalaciones le presente un estudio para la instalación de calderas de agua caliente por gas.

Regaderazo en la piscina

Los más avispados han decidido no pasar más sofocones bajo del grifo. "Yo aprovecho las duchas de la piscina para quitarme el cloro. Y así no sufro con el agua gélida de este vestuario" dice una estudiante de Psicología, de 22 años. "Es horrible, en verano se agradece, pero ahora es un sufrimiento. Yo vengo de la piscina y siempre me ducho allí. A partir de la dos de la tarde no sale ni gota de caliente", apostilla Ana, de Filología.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_