"Madrid no es mi tierra, es mi cemento"

MóstolesLa poetisa Gloria Fuertes dio el pistoletazo de salida al carnaval de Móstoles (198.000 habitantes). Esta madrileña nacida en Lavapiés aconsejó "solidaridad con el vecino dándole caña y tocino" y pidió a los jóvenes que olviden por unos días que la vida es dura y se dejen seducir por el espíritu festivo. Su voz rota, tan característica y que reclama la atención de cuantos la rodean, es el vehículo idóneo para transmitir un mensaje a un público sin edad. Móstoles no fue diferente, y aunque con un leve retraso, llegó, impartió cátedra y convenció a una plaza rebosante de mostoleños. Un par de rimas fáciles y unos consejos "para tiempos de crisis" hicieron las delicias de pequeños y mayores. No sólo su aspecto físico permanece invariable al paso del tiempo; también mantiene intacta su actitud de compromiso ante la vida.

Pregunta. ¿En qué o quiénes se inspira para escribir poesía?

Respuesta. Mi gran inspiración, por ejemplo, me la dan los que llaman al servicio militar y a lo mejor nos meten en una guerra. Ésa es mi inquietud; todo el que sufre y el que carece de libertad.

P. ¿Necesita que la rodee un entorno determinado para crear?

R. No. A un poeta le inspira asta lo más feo. Recuerdo que cuando fui a Chicago pensaba encontrar sólo gánsteres y cosas oscuras, pero vi un parque, niños y rascacielos, y le dediqué un poema a esa ciudad. No hace falta que tenga belleza, el poeta se la pone.

P. ¿Qué significa para usted Madrid?

R. Para mí Madrid no es mi tierra, es mi cemento y lo siento. Madrid es ahora un garaje. Todavía queda gente madrileña de solera, sobre todo personas mayores que son fetén. Lo que pasa es que la mayoría murieron en la guerra. La nueva generación ya no usa nuestro lenguaje, pero Madrid sigue siendo Madrid: una ciudad muy bonita a pesar de la delincuencia juvenil; y es que alguna espina tiene la rosa.

P. Si usted es el "hada de los niños", ¿por qué vende libros para mayores?

R. Escribo para mayores aunque la gente se crea que soy poeta sólo de los niños, que también lo soy. Pero ahí están mis libros para verlo, lo que ocurre es que la gente se asusta de leer poesía, y yo lo recomiendo aunque no sea la mía. La mejor crítica que recibo es la de aquellos que me dicen: "Gloria, no me gusta la poesía, pero la tuya sí".

P. Todo está en proceso de cambio, ¿ocurre igual con los niños?

R. Hombre, los niños no han perdido toda su pureza; sin embargo, sí influyen la televisión y los videojuegos porque con ellos al niño se le cae el libro de las manos.

P. ¿Ha superado la necesidad de que los críticos hablen de usted?

R. Hay que tener en cuenta que escribo de forma diferente, ni mejor ni peor. Pero, para mí, que mucha gente tenga mi libro en la mesilla es más que un Premio Nobel.

P. ¿Qué está preparando?

R. Escribo dos libros para niños al año, pero estoy terminando uno para adultos que entregaré en primavera. Es pacifista, lleno de verdades, pero bordadas con humor para que no resulten tan graves. No persigo nada e ignoro si el lector de mis poemas reirá o llorará con ellos; de lo que estoy segura es de que sabrá pensar.

P. ¿Se han olvidado de usted los medios de comunicación?

R. No sé, pero desde que vinieron los míos no me llaman en televisión. ¡Hay que jorobarse!