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El Banco de España estima que la economía detuvo su caída en el último trimestre del año pasado

Javier Moreno

La recesión, lentamente, comienza a ceder. Por primera vez desde que a finales de 1992 España entrase de lleno en crisis, la economía se apunta un trimestre sin retrocesos, "en torno a cero" según una primera estimación que ayer difundió el Banco de España. El informe calcula que, en todo 1993, el producto nacional bruto (PIB) cayó un 0,9%, apenas una décima por encima de la última previsión del Gobierno. Sin embargo, la autoridad monetaria advierte que la debilidad del consumo, que sigue sin acabar de recuperarse, arroja sombras sobre la recuperación.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) dará a conocer dentro de unos días el porcentaje exacto de variación del PIB en el cuarto trimestre del año pasado. Pero mientras tanto, la tendencia a mejorar parece cada vez más clara.En el segundo trimestre de 1993, la economía descendía a un ritmo del 1,4% anual respecto al mismo periodo del año anterior. Tres meses más tarde, lo hacía más lentamente, al 0,9%. Otros tres más -el último trimestre del año pasado-, y ya ha conseguido frenar su caída. Al menos, así lo estima el equipo de economistas del Banco de España que, bajo la dirección del gobernador, Luis Ángel Rojo, se dedica a escrutar la economía española.

A la espera de los datos del INE, la estimación del banco central coincide con la de otros centros de seguimiento económico. "El dato del Banco de España apunta a una recuperación muy débil, pero está en línea con nuestros datos: se ve un cambio de tendencia", según Luis Ángel Lerena, del servicio de estudios del BBV.

Contexto incierto

Pero el horizonte sigue sin estar despejado. "Los indicadores para el cuarto trimestre del año, aún muy incompletos, muestran las vacilaciones propias del comienzo de una recuperación que se desarrolla en un contexto incierto", se asegura en el informe. Tanto los datos reales como los indicadores de confianza recogen estas vacilaciones.

Así, "las opiniones sobre la industria están mejorando de forma sostenida", explica el banco central, "mientras que las de los consumidores permanecen estancadas en un nivel muy bajo".

En el cuarto trimestre de 1993, el gasto real de las familias en bienes y servicios siguió descendiendo, imperturbable, a un ritmo del 1,2%, el mismo que tres meses antes.

Para todo el año, el cálculo del Banco de España es que el consumo privado retroceda casi un 2%. El consumo se está convirtiendo en una losa para la recuperación.

Al desglosar la evolución del consumo, los economistas del servicio de estudios del Banco de España descubren que las compras de productos de larga duración como electrodomésticos o automóviles (las más sensibles a la situación económica) son las más afectadas.

"El gasto en bienes de consumo duradero continuó reflejando un fuerte deterioro en el cuarto trimestre del año, existiendo serias dudas sobre una recuperación a corto plazo, habida cuenta de la [negativa] evolución de la opinión de los consumidores". Este temor al futuro tiene una clara explicación: el paro. "La ausencia de mejora en las expectativas de los consumidores sobre la evolución económica se encuentra relacionada con las precarias perspectivas sobre el empleo", según el informe. Algo que, claramente, "está limitando la fortaleza de la recuperación".

Las opiniones sobre la industria no son las únicas que mejoran. Sin ofrecer cifras, el banco central asegura que la inversión ha frenado su ritmo de descenso, aunque sigue presentando tasas negativas. La inversión en maquinaria y equipamiento industrial (bienes de equipo), fundamental para la creación de empleo, también parece haber detenido su caída entre octubre y diciembre. '

Con todo, la autoridad monetaria calcula que a lo largo de 1993, la inversión en bienes de equipo habrá caído en torno al 15%, "tasa que ilustra la magnitud que alcanzó la brusca contracción en los momentos más agudos de la recesión (finales de 1992 y primer semestre de l993)".

Una fase de titubeo

Esta acumulación de datos de distinto signo se refleja también en la disparidad de opiniones de los analistas consultados. "La cifra [difundida ayer] confirma que la economía española está en una fase de fuerte titubeo, lo que hace esperar una recuperación bastante lenta", según Marisol de Francisco, del equipo de coyuntura económica de Analistas Financieros Internacionales.

Una de las razones para esta desconfianza, según De Francisco, es, el previsible descenso que experimentará en 1994 el sector exterior, que el año pasado se reveló como auténtico colchón de la crisis. Una tendencia que ya se ha iniciado.

"La aportación de la demanda exterior continúa siendo el sostén más firme de la producción interior", asegura el Banco de España, "aunque su aportación ha sido menor que en los trimestres anteriores, debido al mayor dinamismo de las importaciones".

Además de ofrecer un análisis detallado, la autoridad monetaria sugiere en sus informes, siempre de forma sutil, los cambios y las reformas estructurales que cree necesario para mejorar la situación económica.

En varios pasajes del que se repartió ayer, el banco central insiste en la moderación de salarios como elemento imprescindible para afianzar la recuperación y critica que la negociación salarial sea, en su opinión, "poco sensible a las condiciones de la economía y del mercado de trabajo".

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