Sobre cortinas, piquetes y maximalismos
Cortina de cifras, el artículo así titulado de Antonio Elorza, hace ideología con hechos y manipula la historia cuando estamos haciendo nuestra posición en Europa. Según el profesor Elorza, las cifras de participación del 27-E ocultan las percepciones y las motivaciones no se tienen en cuenta. ¿Ignora que las grandes fábricas representan un porcentaje reducido de la población laboral y que colegios vacíos y tiendas cerradas tienen una motivación no desdeñable que se llama temor a los piquetes? Temor, lo exagerado que se quiera, pero empíricamente constatable, por doloroso que ideológicamente resulte. Sobre los conceptos de coacción y voluntariedad en la huelga, el doctor Castilla del Pino propone en su periódico una encuesta, que sería reveladora si fuera fiable. También temor a no renovar el contrato, a no ascender, etcétera, motiva a trabajar. El historiador Elorza no ha de estar versado en Derecho Constitucional, por lo que comprendo su confusión sobre el derecho al trabajo como parte del derecho de huelga, su carácter de titularidad individual y de ejercicio colectivo, etcétera, mezcla dos artículos de la Constitución (28 y 35), de secciones distintas, para atribuir a Felipe González su confusión.No comprendo que hable de la protección jurídica de los esquiroles al referirse al trabajador de plantilla, que contra el criterio de los sindicatos convocantes y de los piquetes se incorpora a su trabajo de todos los días. La tragedia épica del esquirol contratado que cruza la línea de piquetes que rodea el centro de trabajo rompiendo la huelga no es equiparable al trabajador de El Corte Inglés que al incorporarse a su trabajo un piquete le informa en la puerta de que hay una huelga general convocada, circunstancia que, con toda probabilidad, conocía.
Otra reflexión que no cabe considerar olvido del profesor
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Elorza es su equiparación con las prácticas franquistas de la actitud ante la huelga. A mí no se me ha olvidado el franquismo, y, como al señor Elorza supongo que tampoco, usted sabrá de su rigor y el de su intención.
Tengo publicada mi actitud favorable a los sindicatos; su importante papel como vertebradores de la representación. Considero, sí, que las razones dadas para la huelga general no se ajustan a los hechos y crean una tensión inconveniente para remontar la crisis, al tiempo que defiendo el derecho en general a la huelga y el derecho a equivocarse, Gobierno o sindicatos, pagando un precio por el error. Considero también que la situación de los jóvenes sin empleo es una bomba de tiempo para la estructura social; que la organización del trabajo taylorista-antagonista está acabando; que la relación entre la mujer y el trabajo ha de revisarse y que no hay redistribución duradera sin crecimiento sostenido. Y que esas y otras cosas no las hemos debatido los ciudadanos como problemas comunes, con más sustantivos que adjetivos, sino en términos de derechos, de posiciones de principio y propuestas de solución, nos hemos arrojado unos a otros los "hay que" contra "lo que hay es". El enfrentamiento, no la conciliación, se alimenta de quien ve en las cifras una cortina de humo.- José A. Zapatero Ranz.
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