Tres en uno
Como el famoso aceite lubricante, la línea 3 de la EMT ofrece al menos tres usos al viajero. Por supuesto, sirve para atravesar de norte a sur el corazón de la capital. Los jubilados y las amas de casa odian las interminables escalinatas de la estación de metro de la Puerta de Toledo y prefieren el transporte de superficie. También por 125 pesetas es posible salir de compras en autobús y regresar cargado de bolsas de los escaparates de Preciados, la Gran Vía o del centro comercial Azca.El tercer uso -su recorrido puede servir de eje al recinto histórico -artístico de la capital- es más bien turístico: San Francisco el Grande, el Palacio Real, Sol, los bulevares... Claro que una línea de autobús que nace a la vera de una pastelería (Siglo XX, Puerta de Toledo) y muere al pie de una iglesia (la de San Amaro) es el paradigma de la ciudad burguesa.
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