En la Complutense prefieren estudiar a votar

La intensidad electoral en el día destinado a designar 600 representantes del claustro en la Universidad Complutense fue por barrios. O por facultades. En algunas, como Sociología o Políticas, los vocales de mesa electoral (alumnos elegidos por sorteo) tenían bastante trabajo. En otras, como en Matemáticas, los encargados de las urnas entretenían la soledad jugando a las cartas. Tanto en un sitio como en otro coincidían en que la participación, aunque mayor que en otras ocasiones, no indica que los estudiantes hayan olvidado su indiferencia.

En las facultades de Sociología y Políticas, a las dos de la tarde había votado el 40% de los 1.200 alumnos de primer curso. La cifra iba bajando según se preguntaba a los mayores: el 25% los de segundo curso, el 16% los de tercero, y así hasta llegar al 0,4% de los de quinto."Cuanto menos tiempo te queda de estar en la facultad, menos te interesa esto", comentaba Luis Cereceda, alumno de segundo y vocal. De quinto curso es Nuria Gil, de 24 años, que no votó: "No sirve para nada; en el fondo, no se va a arreglar nada porque la representación estudiantil es muy escasa", comentaba.

Nuria conocía de antemano la fecha electoral y ha leído algunos de los programas. Como Miguel Pía, de 18 años, alumno de primero, quien se negó a votar: "No creo en este sistema que da, de un claustro de 600 miembros, 150 puestos a los estudiantes". "No es pasotismo, es un rechazo claro", argumentaba.

Ambiente intenso

Con todo, en estas facultades de Sociología y Políticas fue donde el ambiente electoral resultó más intenso: interventores de las asociaciones de alumnos revoloteando entre las 10 urnas, telefonazos entre los integrantes de estas mismas elecciones para pedir o proporcionar informaciones. Pero la cola más larga no se hallaba frente a las mesas, sino delante de las máquinas fotocopiadoras. Los exámenes están ahí y es necesario aprovisionarse de apuntes.

En otras facultades todo era más desolador. En Matemáticas, los vocales bostezaban y jugaban a las cartas. De un censo de 2.800 alumnos, a las tres de la tarde no habían votado más que 250 estudiantes. Idéntica historia en la Facultad de Biología, que de 3.000 posibles votantes sólo había acercado a la urna a 200 alumnos. Al lado, en la mesa de los profesores, el decorado se presentaba bien distinto: a las cuatro de la tarde casi todos habían votado ya. "Nosotros vivimos aquí, y por eso nuestra participación es masiva", explicaba una profesora de Biología a quien le había correspondido ejercer de vocal.

En la anterior convocatoria a claustro, en 1990, votó un 12% de los 130.000 estudiantes de la Complutense. En la mesa de Filología, desierta de votantes, se valoraban mucho los 250 votos obtenidos a las 16.30 de un censo total de 8.000. "A pesar de que pueda parecer poco, es más que en otras ocasiones. El año pasado hubo elecciones para representantes en esta facultad y en una de las mesas sólo se encontró un voto", explicaba uno de los alumnos vocales.

En Derecho sí se disfrutaba más ambiente. Incluso una chica de la Coalición de Delegados, una de las asociaciones que presentaba candidatos, hacía campana, cosa que estaba prohibida.

Los resultados de las elecciones no se conocían anoche. El recuento se efectuaba en cada facultad a partir de las ocho de la tarde y el rectorado no los procesará hasta esta mañana.