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Uno de los policías asesinos de Nigrán planeó liquidar a su cómplice tras perpetrar la matanza

Manuel Lorenzo, uno de los presuntos autores de la matanza de Nigrán (Pontevedra), pensaba asesinar a la familia del industrial David Fernández y posteriormente hacer lo mismo con su cómplice, Jesús Vela, según las investigaciones policiales. Ambos habían planeado perfectamente el crimen con la intención de obtener un botín de más de 200 millones de pesetas para pagar las deudas de droga, juegos y prostitución en que andaban metidos. El arma empleada en el cuádruple asesinato fue la que Lorenzo robó presuntamente en septiembre a un compañero de la comisaría de Vigo. La policía investiga la posible implicación en el crimen de una tercera persona, integrante de las fuerzas de seguridad.

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Manuel Lorenzo, ex dirigente del Sindicato Profesional de Policía Uniformada (SPPU), es sospechoso de haber sustraído en noviembre una pistola del calibre 9 Parabellum de la taquilla de un compañero. Ésta fue, según las pesquisas efectuadas hasta ahora, la única arma utilizada para matar x David Fernández, a su esposa, a su hija Marta y a la sirvienta de la familia en su chalé.Según fuentes de la investigación, Lorenzo y Vela tenían la intención de sacar al industrial, propietario de varias canteras de mármol y granito, más de 200 millones. Sin embargo, después de 18 horas de secuestro acordaron el pago de sólo 20 millones.

Ambos policías actuaron con las manos enfundadas en guantes quirúrgicos para no dejar huellas e incluso llegaron a recoger las colillas de los cigarrillos consumidos durante el tiempo que duró el secuestro. Pese a eso, "hay suficientes pruebas para demostrar su participación en el cuádruple crimen", según fuentes de la investigación, que han manifestado que en la inspección ocular del chalé se han empleado hasta rayos láser.

Los dos agentes irrumpieron en el domicilio de Fernández con un auténtico arsenal de armas, sin que aún se haya podido precisar para que querían tanta artillería. De hecho, en la matanza sólo fue usada la pistola robada, que presumiblemente fue arrojada al mar tras el crimen.

Hallada parte del dinero

Anoche mismo, la policía halló en la plaza 164 del aparcamiento de la plaza de Fernando el Católico de Vigo un Opel Kadett rojo (matrícula de La Coruña, 4894-BF), alquilado por Lorenzo, presumiblemente con la intención de huir a Portugal. En el interior del automóvil se hallaron 8,5 millones de pesetas de los 20 que obtuvieron del industrial, además del pasaporte, el DNI y el contrato de alguiler, todos a nombre de Lorenzo. Otros nueve millones fueron localizados en la casa de Vela, en la Travesía de Vigo número 114116. Las policía sospecha que Lorenzo y Vela pagaron deudas con los 2,5 millones que faltan.

La investigación induce a mantener la hipótesis de que Lorenzo, destinado en la unidad de seguridad de la comisaría viguesa, es el cerebro del asesinato. Este individuo citó hace un año y medio a David, hijo del industrial, en los locales del SPPU, y le advirtió que "se anduviera con cuidado", debido a sus relaciones con el mundo de la droga. Parece que la vinculación entre ambos homicidas y el empresario surgió a raíz de que éste contratara a ambos como miembros de su equipo de protección personal. Esta circunstancia les facilitó el conocimiento de la fortuna del industrial.

Lorenzo se ha negado a declarar tanto en comisaría como ante el juez de instrucción número 4 de Vigo, Celso Rodríguez. Pero Vela ha confirmado que ambos se trasladaron a Nigrán en el Opel Kadett, matrícula PO-8288-AF, propiedad de Lorenzo. Una vez en el chalé, amenazaron a la familia y en la tarde del martes, su compañero Lorenzo asesinó a sangre fría al matrimonio Fernández, a su hija Marta y a la sirvienta, colocándoles un cojín en la cabeza para amortiguar el estampido.

En las horas previas al crimen, Lorenzo mantuvo contactos con otras personas en cafeterías próximas a su domicilio de la calle de Esperanto número 3. Incluso había montado varias coartadas, convenciendo a su compañera sentimental -empleada de El Corte Inglés- de que esa noche iba a estar de servicio.

En el cuádruple asesinato hay muchos aspectos oscuros. Por ejemplo, cómo trabaron relación los asesinos con el industrial David Fernández. Fuentes policiales señalan que se conocían porque le habían prestado servicio de protección y habían realizado para él diversos trabajos.

La empleada doméstica, Ana Isabel Costas Piñeiro, fue enterrada ayer tarde en el cementerio de A Ramallosa, cerca de Nigrán, en medio de una gran manifestación de duelo. Hoy serán enterrados el industrial, su esposa y su hija Marta.

El asesinato ha generado en Vigo un sentimiento de animadversión hacia la policía. Fuentes de la Dirección General de Policía reconocen que el suceso "ha destrozado la buena imagen del cuerpo".

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