El fiscal pide ocho años de cárcel para el bolsista Juan Sampere, acusado de estafa
El fiscal pide ocho años de prisión para el bolsista Juan Sampere y seis para el economista Eduardo Fondevila por una presunta estafa cometida en Barcelona, entre 1985 y 1990, contra 33 inversores que les entregaron dinero para colocar en Bolsa que luego no recuperaron. El fiscal del caso, Antonio Vicent, solicita también dos años de cárcel para la hija de Sampere, Pilar, a la que acusa de haber colaborado con los anteriores.
El fiscal considera probado que Sampere ha cometido "una estafa y apropiación indebida" con el dinero que captó de estos inversores. La fiscalía calcula en 332 millones de pesetas el dinero defraudado por Sampere. Aunque estima que. hay más perjudicados, duda que salgan a la luz por ser en gran medida de inversiones hechas con dinero negro.El fiscal ha elaborado un detallado informe, en el que cifra en 40.000 millones de pesetas el dinero que Sampere captó en Barcelona para invertir en Bolsa en los citados cinco años, pese a estar inhabilitado para trabajar en el sector a raíz de su implicación en un escándalo financiero anterior.
Según el informe fiscal, los perjudicados entregaron el dinero, que no recuperaron, a sociedades controladas por Juan Sampere con la promesa de elevadas rentabilidades. Sampere dio grandes beneficios a sus clientes, pero la caída continuada de la Bolsa a partir del crash de octubre de 1987 le impidió cumplir sus compromisos y le llevó a la quiebra.
La fiscalía ha enviado su informe al Juzgado de, Instrucción número 3 de Barcelona. El informe es el último paso antes de la fijación del juicio, que podría celebrarse en él curso de este mismo año, según afirman fuentes del caso.
A Eduardo Fondevila el fiscal le acusa de captar dinero para Sampere "movido por el ánimo de obtener un fácil y cómodo beneficio económico". El fiscal afirma que Fondevila prometía "altos beneficios cada vez que pactaba con un cliente, sabiendo que no podría cumplir lo prometido".
Juan Sampere es muy conocido en los círculos bursátiles de Barcelona y especialmente en la Bolsa. Éste no es el primer escándalo que protagoniza. En 1983 sus operaciones especulativas provocaron la quiebra del despacho del agente de cambio Alejo Buxeres, en el que trabajaba como apoderado. El caso se saldó con la liquidación del despacho del agente y la inhabilitación de Sampere para trabajar en el sector bursátil. Pese a todo, siguió captando fondos e invirtiéndolos, ocultando su identidad mediante diversas firmas.
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