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El Cesid pone en marcha el proyecto Sombra para descubrir a los autores de filtraciones internas

El Centro Superior de la Información de la Defensa (Cesid), a cuyo frente se encuentra el teniente general Emilio Alonso Manglano, ha puesto en marcha el pasado mes de diciembre el denomínado proyecto Sombra, con un presupuesto inicial que ronda los diez millones de pesetas, para descubrir a los funcionarios del servicio de espionaje que están actuándo como topos y pasan información al exterior, preferentemente a la Prensa. Fuentes conocedoras del plan aseguran que está dirigido por un coronel identificado en algunos círculos como Rivera, un probable nombre en clave.El caso de la trama de las escuchas ¡legales desarticulada en Barcelona ha sido el detonante de esta operación. Aunque en los despachos oficiales de La Moncloa los mandos del Cesid han acusado a la policía de filtrar a los periodistas informaciones comprometedoras sobre ese escándalo, lo cierto es que los directivos del espionaje militar consideran que el enemigo está en su propia casa, según confirman fuentes de dicho organismo.

En los últimos días, los agentes secretos asignados al proyecto Sombra se han visto desconcertados al comprobar que varios de sus compañeros han sido identificados. Sus nombres y apellidos, junto con las identidades falsas que empleaban y las matrículas de los coches utilizados, han sido publicados la pasada semana por el diario El Mundo. Incluso ha salido a la luz el nombre de uno de los mandos del centro, Emilio Jambrina, calificado como un hombre de total confianza de Manglano. El Cesid es consciente de que tales datos sólo podían ser facilitados por agentes suyos.

Igualmente, cabe recordar que un directivo del periódico citado mantuvo semanas antes de que estallara el caso de las escuchas una entrevista en Barcelona con Fernando Rodríguez, el coronel del Cesid, presunto jefe de la trama de pinchazos telefónicos desarticulada en. esa ciudad. El encuentro se produjo en el hotel Calderón, cuya seguridad corre a cargo de una empresa de Francisco Álvarez, ex jefe superior de Bilbao, investigado en relación con la proliferación de intervenciones telefónicas piratas en la capital catalana.

Canalización de secretos

El sumario que instruye el juez Eduardo Navarro sobre las escuchas ilegales no sólo revela la fluida relación entre mandos del Cesid y los miembros de la trama barcelonesa, sino también una frecuente conexión con periodistas a los que piden y entregan información. En la medida en que esta red poseía informes del Cesid, ello suponía una vía para la canalización hacia la prensa de secretos de tal servicio.Fuentes de Defensa, ministerio al que está adscrito el Cesid, afirman que los agentes secretos identificados participaban en una operación que se desarrollaba cerca de la sede de El Mundo, pero no estaban espiando a ningún periodista. En cambio, no se pronuncian sobre si la misma pretendía descubrir a algún topo que iba a suministrar información a ese periódico. No en vano miembros del Cesid sospechan que tanto El Mundo como en ocasiones Diario 16 han publicado informaciones que tenían su origen en espías militares, básicamente en el caso de las escuchas. El Cesid, según fuentes de este organismo, atribuyó inicialmente tales filtraciones a un funcionario y una funcionaria, exculpados después.

De modo significativo, personas próximas a esta trama de escuchas se quejan de que la desarticulación de la red sepultó informativamente el escándalo de las facturas falsas que afectaba a Defensa e Interior y que destapó El Mundo sin que existiera antes una investigación oficial sobre el asunto.

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