Un grupo de renovadores pretende cerrar el paso a Corcuera por considerarle un "segundo Guerra"
Varios líderes del sector renovador del PSOE, mayoritario después del proceso de elección de delegados al congreso del próximo mes de marzo, encuentran en el ex ministro, del Interior José Luis Corcuera un posible obstáculo para sus planes de renovación absoluta en los órganos de dirección del partido. Estos dirigentes ven en Corcuera "un segundo Alfonso Guerra" y un adversario de gran importancia, dado el respeto que le merece a Felipe González. Los renovadores más radicales con el guerrismo no ocultan su temor a que Corcuera suceda a Txiki Benegas en la secretaría de organización.
Tras la elección de los 888 delegados al congreso del PSOE, cada sector mueve sus fichas y ofrece sus puntos de vista sobre la futura dirección del partido al secretario general, Felipe González, que tiene manos libres para elaborarla. La ronda de entrevistas que González mantiene estos días con los dirigentes regionales le está sirviendo para calibrar sus opiniones sobre la futura dirección.Hasta ahora ha recibido a Raimon Obiols, dirigente catalán; Teófilo Serrano, secretario general de la Federación Socialista Madrileña; Joan Lerma, presidente valenciano; Ramón Jáuregui, secretario general de los socialistas váscos; José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, y Manuel Chaves, presidente andaluz. La mayona de ellos encabezan listas renovadoras al congreso y, en algunos casos, como Lerma y Jáuregui, integradoras, pero con mayoría renovadora.
González está solicitando a los dirigentes territoriales que le ofrezcan sus opiniones de forma sincera. Los renovadores abogan claramente por el cambio total en la dirección. Para ello argumentan que la actual dirección ha sido sectaria, se ha aislado de la sociedad y algunos de sus miembros no han actuado en coherencia con el Gobierno. Como colofón a sus críticas, pretenden convencer a González para que no cuente con Guerra. En este sentido, recuerdan que González, al proponer a Alfonso Guerra como número dos, añadió que lo nombraría si lo aceptaban las bases.
Los renovadores radicales están situados en la federación madrileña, en Castilla-La Mancha y en el sector catalán opuesto a Raimon Obiols, que encabeza el vicepresidente, Narcís Serra.
Ayer mismo, el presidente de Castilla-La Mancha, el destacado renovador José Bono, señaló que "la integración no tiene sentido si no está precedida de la renovación". Bono, en una conferencia en el Club Siglo XXI, a la que asistieron los ministros de Justicia, Juan Alberto Belloch; de Interior, Antoni Asunción, y de Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, definió la renovación como "escuchar todas las voces, desechar el sectarismo, respetar lo que sé vota y anteponer lo que nos une a lo que nos distancia".
González contó con Corcuera en Semana Santa para que hiciera de puente con los guerristas en la crisis más sonada de ese partido, que culminó con la convocatoria de elecciones generales. Pero algunos renovadores tienen su propia alternativa a la dirección actual y en próximas entrevistas tratarán de coordinar sus posiciones. El ex ministro Joaquín Almunia es uno de sus candidatos a la dirección.
Al tiempo, el grupo disperso por toda España que abogará por la "integración", entre los que destacan Lerma y a Jáuregui, no coincide en sus posiciones con los renovadores en la composición de la dirección. Estos dirigentes abogan por una combinación. entre continuidad y renovación. Lerma y Jáuregui se han manifestado claramente por la continuidad de Guerra e incluso por la de Txiki Benegas, en el caso de Jáuregui.
Los guerristas apuestan abiertamente por la permanencia de sus miembros en la dirección. A juicio de los renovadores partidarios de que el congreso suponga un verdadero renacimiento del PSOE, Corcuera entorpece sus planes porque intentará defender a los guerristas, y como ejemplo citan Madrid.
El presidente de la comunidad de Madrid, el renovador Joaquín Leguina, no tuvo ayer inconveniente en mencionar en alto el nombre de Corcuera, a quien. le atribuye prácticas conspirativas a favor de los guerristas en Madrid. "Corcuera ha desempeñado un papel destacado en comidas y cenas de conspiración, y lo digo con cariño, aunque en las urnas, poco papel". Y remató: "Le ha salido el tiro por la culata".
Corcuera almorzó con Miguel Maza, Ignacio Díez, Vicente de Mingo y Luis Maestre, renovadores de la base -sin cargos en el partido-, para animarles a que votaran contra Leguina, según fuentes renovadoras de Madrid. Estas fuentes afirman que es cierto que González apoyó a Corcuera para integrar al guerrismo, pero en Madrid, matizan, "ha enfrentado a un sector contra Leguina, favoreciendo al guerrismo".
En línea con otros dirigente
S renovadores, Leguina pidió a Guerra que rompa su silencio y diga que quiere hacer, e ironizó sobre la actitud "excesivamente discreta" del número dos. El cabeza de la lista perdedora en Madrid, Juan Barranco, que logró el 48% de los votos, negó la participación de Corcuera en el congreso madrileñó y comprendió el silencio de Guerra "para no exacerbar la confrontación". Para Barranco, Leguina debiera "hablar menos de lealtad y practicarla más".
Izquierda Socialista
También la corriente Izquierda Socialista pretende tener su representación en la nueva ejecutiva. Su dirigente Manuel de la Rocha se mostró partidario de que estén presentes el ex ministro Fernando Morán y Antonio García Santesmases, además de Guerra.
Los datos obtenidos en cada federación del PSOE indican que de los 888 delegados al congreso, 395 son renovadores (44,48%), 319 guerristas (35,92%) y 174 (19,59%) integradores. Renovadores e integradores suman un 64,07%. Guerra observa ahora que la legislación que promovió para que las minorías tuvieran una representación escasa se ha aplicado a sus filas. Aunque su representación en algunas federaciones supera el 40%, sólo le corresponde el 25% de delegados, la cuota que tienen las minorías sea cual sea su apoyo.
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