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Jacques Delors convoca a la Comisión para diseñar la Gran Europa

Lluís Bassets

El presidente d e la Comisión Europea, Jaeques Delors, pidió ayer una reflexión urgente sobre el futuro de Europa, con motivo de la felicitación del Año Nuevo a los más de 600 corresponsales destacados en Bruselas. "No basta con ampliar la Unión Europea (UE) a cuatro países, hacer señales de amistad a Malta y Chipre y lanzar declaraciones de amor hacia Europa del Este, sino que debemos saber adónde vamos" aseguró. Delors anunció también la elaboración por parte de la Comisión de un proyecto de organización de la Gran Europa, que deberá incluir a los antiguos países socialistas y tendrá también una fuerte dimensión mediterránea.

El lanzamiento del debate sobre la Gran Europa se produce precisamente en el tramo final de las conversaciones de adhesión de Austria, Finlandia, Suecia y Noruega, en un momento de enorme tensión entre los negociadores, sometidos al plazo del 1 de marzo, y sin que se hayan superado todavía ninguno de los escollos más difíciles. Varias de las cuestiones que están en juego -ayudas regionales, agricultura ártica y subártica, pesca o sistema de voto en el Consejo de Ministros- tienen relación, precisamente, con la posibilidad de pérdida de peso por parte de los países mediterráneos, y específicamente de España.El presidente de la Comisión marcó ayer las tareas para su último año de mandato, que centró en el desarrollo del Libro Blanco sobre el Desempleo y en la reflexión sobre la Gran Europa, que "permitirá situar la actual ampliación en una perspectiva que ahora no existe", según sus palabras. Delors se lamentó por la limitación del mandato de la actual Comisión, que empezó el 1 de enero de 1993 y termina el 1 de diciembre de este año, en un gesto que podría interpretarse como una puerta abierta a su reelección en caso de que los Doce no consigan ponerse de acuerdo sobre ningún otro nombre.

Delors aseguró, al término de su declaración, que España no debe temer nada de las nuevas incorporaciones a la UE y apeló al espíritu de familia y á la confianza mutua entre los socios europeos. El presidente de la Comisión aseguró también, a propósito de la huelga general española, que la reforma laboral del Gobierno coincide totalmente con el espíritu de su Libro Blanco sobre el Empleo.

Brusco acelerón

Las conversaciones de adhesión sufrirán un brusco acelerón a finales del mes de febrero, momento en el que la presidencia griega de la Unión ha convocado dos consejos de ministros de Exteriores maratonianos, con el objetivo de intentar un acuerdo a toda costa antes del 28 de febrero por la noche, bajo la amenaza del vencimiento del plazo. Medios del Consejo de Ministros de la UE sugieren incluso la posibilidad de parar el reloj a las doce de la noche y seguir negociando sin interrupción hasta cerrar los cuatro tratados de adhesión.

Fuentes del Parlamento Europeo, que debe ratificar los tratados mediante dictámenes, han asegurado que la fecha del 1 de marzo es el plazo real para permitir a los eurodiputados el análisis y discusión de los textos finales de los Tratados, por lo que la superación de la fecha supondría el aplazamiento de la aprobación. El Parlamento tiene como fecha límite la última sesión de la legislatura a principios de mayo. Una vez superada esta fecha deberá ser la Eurocámara que salga de las elecciones de junio la que ratifique los tratados, con lo cual la fecha del 1 de enero de 1995 para la integración de los cuatro en la UE será ya una quimera.

Uno de los cuatro candidatos, Suecia, se halla muy avanzado en sus conversaciones y podría llegar al 1 de marzo con todos los acuerdos cerrados, según distintas fuentes comunitarios. Su vecina Noruega es la que cuenta con mayores reticencias y dificultades. De ahí que se esté estudiando la posibilidad de romper el principio de la adhesión en paralelo con los cuatro países candidatos y permitir que un primer grupo, encabezado por Suecia, termine el 1 de marzo, y otro, formado en principio por Noruega, siga negociando con mayor lentitud. Austria y Finlandia deberían optar por situarse en el grupo de cabeza o en el de cola.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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